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Sin dudas que uno de los entrenadores más importantes que hubo en la historia del básquet argentino fue Antonio Manno. Había nacido en Córdoba el 24 de marzo de 1936 y comenzó su campaña como director técnico en el ámbito de la Asociación Cordobesa de Básquetbol y falleció a los 74 años, víctima de una afección cardíaca, un 9 de abril de 2010.

Su hito más importante fue haber dirigido a GEPU de San Luis junto a Orlando Ferratto, pero tras 13 encuentros salió del equipo y esa misma temporada, la 1992-93, los puntanos fueron campeones de la Liga Nacional.

Años después, Manno llegó a San Isidro de San Francisco para revolucionar el básquet de la institución. Hasta 1997, año en el cual llegó el cordobés, el club solo había participado muy esporádicamente en ligas provinciales. Desde la 97/98 y de la mano de Manno, se instaló en las competencias nacionales.

Ante esta rica historia que escribió Antonio Manno en San Isidro fue que la institución tomó la decisión de cambiarle el nombre al estadio. Hasta hace algunas semanas, se llamó “Severo Robledo”, quien fuera presidente de la institución antiguamente. Pero ahora se llama Antonio Manno, destacando y dándole importancia a todo lo que hizo el entrenador en la década del 90 por el club.

Manno fue reconocido por muchos jugadores contemporáneos a él por su capacidad, por su forma de juego y por todos sus conocimientos. Uno de ellos, uno de los más importantes, fue Pichi Campana. Vale destacar que Antonio impuso el sistema de juego denominado VeDiMe que en esta nota contamos en qué consistía.