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Argentina sufrió una derrota histórica ante Chile por 79 a 77. Los problemas que habían aparecido en el primer juego se acentuaron y la albiceleste no pudo en Valdivia.

La defensa de la pintura fue una clave. Manny Suárez venía de 25 puntos en Mar del Plata y en esta victoria de Chile fue el factor fundamental con 29 unidades y 9 rebotes, con un altísimo 75% en dobles, sin tener problemas para superar las defensas propuestas por Marcos Delía, Juan Fernández y Gabriel Deck. Además, el rebote fue un gran problema nuevamente, donde los de Manuel Córdoba dominaron por 46-38, tomando 13 ofensivos, y anotando 9 unidades de segunda oportunidad.

El síntoma defensivo de Argentina fue el 31-11 que sacó Chile promediando el segundo cuarto, sumado al 9/13 en la primera parte del partido y el total de 53 en esos 20 minutos.

A diferencia de lo que fue gran parte del debut, Argentina careció de movilidad en la ofensiva, bajaron a 15 asistencias sobre 26 conversiones, siendo la mayor parte de las anotaciones con arrestos individuales de Facu Campazzo y Gabriel Deck, muy bien controlados en buena parte por el juego físico de los dueños de casa. Además, la concentración de tiros del trío de Argentina compuesto por Campazzo-Deck-Brussino fue de 34 sobre 68, el 50% de los intentos al aro. A esto se sumó un 33% de tres puntos y un 62% en libres.

En ese orden, las rotaciones fueron cortas, teniendo en cuenta que Juani Marcos jugó poco menos de 11 minutos, Lucio Redivo 12, Gonzalo Corbalán solo 3 y Gonzalo Bressan poco más de 2, además que ni Lucas Giovannetti y Juan Bocca tuvieron minutos.

Alejandro Malky / [email protected]
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