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En cuestión de semanas, el Miami Heat perdió a quien probablemente haya sido el jugador más significativo de su historia, Dwyane Wade, y a otra referencia de los últimos años de la franquicia, Chris Bosh. Sin ellos, los de la Florida buscan reacomodarse en el torneo, dentro de una campaña que aparece como de transición.

En realidad, la gran pregunta para el Heat es cómo encararán este año. ¿Apostarán con fuerza por un período de reconstrucción, priorizando el desarrollo de los jóvenes, o querrán seguir competitivo en el Este, aún sin tener el material para ilusionarse con algo grande? En principio, la idea de Riley y compañía parece ser mantenerse a la expectativa. Tienen algunos jugadores como para soñar con los playoffs, pero si las cosas no van bien desde un principio, no sería extraño verlos tomar otra dirección.

Las salidas de Wade y Bosh golpearon principalmente por lo inesperadas. Hace un tiempo que el escolta venía coqueteando con la chance de abandonar el equipo en la agencia libre, pero simplemente parecía una estrategia para conseguir un contrato más alto. El problema fue que Riley no se movió de su propuesta, quedando muy lejos de la idea de Wade y por ende, este terminó firmando en Chicago.

Lo de Bosh llegó por otro lado. El ala pivote volvió a sufrir con los coágulos que lo tienen a maltraer desde hace un tiempo y se perdió el cierre de la 2015/16. Cuando todo indicaba que estaría listo para volver a las canchas en la pretemporada, falló un nuevo test y la franquicia poco más que dio por cerrada su etapa en el equipo. El ex Toronto sigue con contrato, pero es prácticamente un hecho que no volverá a jugar para el Heat.

¿Cómo cubrieron estos huecos? En la posición de escolta contrataron al ex OKC, Dion Waiters, un jugador que llegó a la NBA justamente con comparaciones con Wade. Sin embargo, y más allá de que tuvo unos buenos playoffs 2016, Waiters aún no ha terminado de encontrar su lugar en la liga y veremos cómo maneja el hecho de titularizar en un equipo con aires de postemporada. En el puesto de ala pivote las incógnitas son mayores. Miami ha quedado particularmente descubierto en ese lugar, con Josh McRoberts y Derrick Williams como los candidatos que pelean por un lugar en el cinco inicial.

De todas maneras, la mayor ilusión para Miami está depositada en los jugadores que continúan de la temporada anterior. La principal apuesta es Hassan Whiteside, quien tras la salida de Wade se ha transformado definitivamente en la cara de la franquicia. Whiteside recibió un enorme contrato en el mercado y ahora deberá demostrar que está a la altura de los mejores en su posición. El talentoso Goran Dragic y el potente Justise Winslow, el mejor proyecto joven del Heat, terminan de redondear el cinco titular.

Si bien el hecho de tener una identidad, que continúa bajo el comando de la dupla Spoelstra-Riley, siempre es positivo, la realidad es que el Heat parece tener demasiado por delante para sobreponerse. La chance de pelear por los playoffs no es descabellada, pero cuesta imaginarlos ganando 48 partidos como en la 2015/16. Y de nuevo, si las cosas se complican temprano en el año, podrían entrar en una etapa de plena reconstrucción que hace mucho tiempo no se ve por Miami.

Puntos altos. Más allá de los nombres, tienen una identidad clara y conocida. Equipo atlético. Interesante potencial defensivo.

Puntos bajos. Sacando a Whiteside, tienen una floja rotación de internos. Les faltan referencias ofensivas y anotadores puros. Banco de suplentes cuestionable.