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Chris Bosh no es un jugador más de la NBA. Ni por su calidad ni por su actual condición de salud. A partir de los problemas de sangre que ha tenido (se le forman coágulos), Bosh se perdió la segunda mitad de la pasada temporada y, durante un tiempo, se temió por el fin de su carrera.

Sin embargo, pasado un tiempo, esa situación podría manejarse. Bosh dijo que quiere seguir jugando y ahora Miami deberá aprobar un tratamiento que no es simple, y que de todos modos le haría perder algunos partidos en la temporada al ala pivote.

El tratamiento consiste en tomar un nuevo diluyente sanguíneo que no deja restos 8 horas después de ingerido. No sería el primer atleta en hacerlo. Tomas Fleischmann. ex de los Florida Panthers de la NHL (hockey), utilizaba inyecciones de anticoagulantes después de los partidos, que no dejaban rastros para el juego siguiente.

Miami, en su momento, no estuvo muy de acuerdo con este tipo de procedimiento con Bosh, pero últimamente cambió un poco su mirada del asunto y estaría dispuesto a analizar el tema, para recuperar al que hoy sería seguramente su jugador más importante.