NBA

Obi Toppin, el joven que ninguna universidad quiso

08:44 13/05/2024 | El actual jugador de Indiana Pacers no recibió ninguna oferta de beca de las principales universidades estadounidenses para jugar la NCAA. Fue a Dayton.

Obi Toppin, el joven que ninguna universidad quiso (Getty)

La NBA tiene gran cantidad de historias de sus jugadores y muchas todavía no se conocen. Algunos debieron pasar por momentos determinantes en sus vidas que los marcaron para siempre, que les cambiaron el futuro o los hicieron enfocarse distintos de ahí en adelante.

Obadiah Richard Toppin, más conocido como Obi, actualmente se destaca en Indiana Pacers jugando la serie de semifinales de conferencia ante New York Knicks, franquicia que le abrió las puertas de la NBA. Pero antes de dar el salto a la mejor liga del planeta, el interno oriundo de Brooklyn debió pasar algunas frustraciones.

Obi tuvo un buen paso por su etapa de secundario, pero pese a tener buenas actuaciones, no recibió ofertas de beca de las principales universidades del país. Ninguna de las instituciones más prestigiosas de Estados Unidos quisieron tratar de seducir al interno para sumarlo a sus programas.

De esta manera, Toppin recaló en la universidad de Dayton para jugar con los Flyers. Dolido por lo sucedido, jugó en la NCAA con un nivel superlativo, como queriendo demostrarle a las otras instituciones el jugador que se habían perdido y que habían desaprovechado. Obi solo jugó dos temporadas antes de declararse elegible al draft de la NBA y renunciar a su etapa universitaria. En los dos años que jugó terminó con 17.1 puntos, 6.6 rebotes y 2.0 asistencias de promedio y recibió gran cantidad de reconocimientos individuales, incluido el de rookie del año en su temporada estreno.

Toppin fue elegido en la octava posición del draft de 2020 por New York Knicks y luego de ser escogido no pudo ocultar su emoción: “Soy de Nueva York por eso es importante. Yo representando a mi ciudad, es increíble. Mucha gente reza para poder estar en este lugar. No lo voy a dar por sentado, se los prometo. Es una bendición. Quiero agradecer a Dios, sin él no estaría aquí. Sin mis padres no estaría aquí”. Sus sensaciones no podían ser distintas, en dos años pasó de ser olvidado por las principales universidades a top ten del draft de la NBA.

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