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Mucho se habla de la disputa por el mejor jugador de la historia de la NBA, conversación en la cual suele involucrarse a Michael Jordan y a LeBron James, principalmente, aunque en un debate más amplio ingresan Stephen Curry, Magic Johnson, entre otros. Pero hay otra puja, más específica y centrada, es la de la posición de pivote.

Desde los comienzos de la NBA, hace casi ocho décadas, siempre hubo un pivote que sobresalía en la competencia y los distintos campeones contaban con un referente en esa zona de la cancha. Este año, con la consagración de Denver y Nikola Jokic luciendo indetenible, se dio otra discusión aún más específica: ¿hubo alguna vez un centro con tantas aptitudes ofensivas como el serbio? No hablamos solamente de poder anotador, sino de un combo: goleo interior, tiro de tres puntos, opciones de gol, pase, visión de juego en ataque, fundamentos, etc. Y no estamos seguros de que haya habido alguien antes tan completo como Jokic en ese aspecto.

El primero fue Wilt Chamberlain. El gigante oriundo de Philadelphia jugó gran parte de su carrera en los Warriors (Philadelphia y San Francisco) y luego pasó a Los Angeles Lakers. Fue un jugado determinante, dominante, con una gran capacidad anotadora y rebotera. Tiene en su carrera el hito, ni más ni menos, de tener la máxima anotación en un partido, el recordado juego de los 100 puntos. Hizo cambiar las reglas de la NBA en el ataque, por su envergadura, coordinación y versatilidad. También era muy buen pasador, pero no tenía tiro externo (no había triple) y era malo desde la línea de libres. 

Luego apareció Kareem Abdul-Jabbar, quizás el mejor pivote ofensivo de la historia... hasta ahora. Llegó a la NBA de la mano de Milwaukee Bucks, lideró al equipo a su primer anillo de campeón y tras un par de temporadas, armó las valijas y se fue a Los Angeles Lakers. Llegó con el objetivo de suplir la ausencia por retirada de Chamberlain y fue parte de uno de los mejores equipos de la historia de la NBA formando dupla con Magic Johnson, luego se sumarían Bob McAdoo y James Worthy para hacer un equipo sensacional. Su nombre se relaciona automáticamente con los Lakers y terminó con una carrera espectacular, siendo el máximo goleador de la historia de la NBA hasta que un tal LeBron James pulverizó su marca en 2023. Kareem tenía más poder anotador que Jokic quizá, pero al igual que Chamberlain, sin tiro exterior. No era un gran pasador tampoco. Y sí mucho más dominante atrás. Pero eso no está en discusión en este informe. 

Luego llegaron a la NBA dos pivotes procedentes de la NCAA con muchas expectativas depositadas en ellos, como Hakeem Olajuwon y Patrick Ewing. Contemporáneos a Michael Jordan, solo el nigeriano pudo ganar dos anillos aprovechando el primer retiro de MJ, mientras que Ewing siempre cayó ante Su Majestad y, cuando se enfrentaron en la final de 1994, también ante Olajuwon. Hakeem probablemente compita más que nadie con Jokic en variantes y capacidad ofensiva: un manual de movimientos cerca del cesto, buen tiro exterior (no se usaba tanto el triple en ese entonces), buena visión de juego y buen pase, pero no tanto manejo del balón como el serbio. Características parecidas tenía Ewing, menos pivote que Olajuwon pero con un tiro de frente hoy en retirada letal. No tenía, eso sí, ni pase ni dribling. 

El siguiente pivote crack fue Shaquille O’Neal. Dominante como ningún otro por potencia física, con eso le alcanzó para ser imparable. No tenía muchas más variantes. Te metía adentro del aro. A él, eso de pasar el balón o tirar de lejos no le interesaba. No lo necesitó nunca y salió campeón 4 veces. 

Desde el retiro de Shaq en 2011 no hubo pilar fundamental en el juego interno hasta que en 2015 apareció en la NBA otro gigante proveniente del draft y de Europa, aunque con muchísimo menos cartel con el cual llegaron varios de los anteriores. Desde Serbia arribó Nikola Jokic, segunda ronda (puesto 41) y bajo el mote de promesa pero con muchísimo por trabajar. 

El jugador de Denver Nuggets se fue adaptando a la NBA, se fue amoldando al juego de la mejor liga del planeta y al mismo tiempo se fue erigiendo en el pilar principal de la franquicia. Fue el bastión, la piedra fundamental sobre la cual comenzó a cimentarse el nuevo proyecto. Jokic pelea mano a mano ser el mejor pivote ofensivo de la historia y tiene algo principal: fue el único que se amoldó a la nueva NBA. Los anteriores dominaron la liga pero imponiendo su forma de juego, en un básquet en el cual el pivote todavía se dedicaba a jugar cerca del aro y nada más. El otro que surgió casi al mismo tiempo fue Joel Embiid, que como Jokic, tiene gran tiro exterior y muchísimos fundamentos para anotar de distintas maneras. Pero, indudablemente, el pase no es su fuerte y en el dribling deja mucho que desear. No tiene esa facilidad de dedos en donde Jokic marca una diferencia brutal de talento con el resto. 

Jokic, además de la capacidad anotadora en la zona pintada, desarrolló un tiro efectivo desde tres puntos (53.7%), algo que para muchos de sus competidores anteriores era imposible de imaginar, primero porque al principio no había triples y segundo porque otros ni lanzaban. Nikola está por encima de la media de la competencia en sus promedios de puntos. 

Denver, con Michael Malone, construyó su equipo alrededor de Nikola y eso fue uno de los aspectos que acompaña al serbio para ser elegido como el mejor pivote ofensivo. Además, a diferencia de todos los anteriores, no llegó a un equipo que era candidato y se hizo candidato gracias a él. Jokic es el único que puede trasladar el balón, driblear, organizar y, por escándalo, es el mejor pasador de todos. Además de su capacidad anotadora, rebotera, Jokic es un gran pasador, con lo cual aumenta considerablemente la posibilidad de marcar puntos para su equipo. 

Nikola Jokic, a diferencia de Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Hakeem Olajuwon, Patrick Ewing y Shaquille O’Neal, fue el único que dominó la NBA adaptándose al juego. El serbio, que puede jugar de base, cambió, se adaptó y guió a su equipo a ganar su primer anillo de la NBA. ¿Se merece ser el mejor pivote ofensivo de la historia?