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Una de las rivalidades más emblemáticas de la década de 2010 surgió entre Kevin Durant y LeBron James, quienes se encontraron en las Finales de la NBA en tres ocasiones, con KD manteniendo una ventaja de 2-1 sobre James.

Desde temprana edad, LeBron reconoció la grandeza de KD, hablando de él en 2013, un año después de su enfrentamiento en las Finales de la NBA, y expresando que KD era el "próximo en línea" de las superestrellas en la NBA. LeBron también mencionó que Durant lo inspiró y motivó, viendo en él un techo más alto que simplemente ser "uno de los mejores anotadores de todos los tiempos".

"Kevin Durant. Siento que es el próximo en línea. Me encanta su estilo de juego. Me refiero a su forma de jugar, es muy inspirador. Es motivador. Este es un tipo que sale cada noche y da lo mejor de sí. Será uno de los mejores anotadores que hayan jugado este juego, pero la forma en que juega, tan llena de alegría y felicidad, es como un niño en Maryland".

Durant cumplió con las expectativas que LeBron tenía de él, aunque más tarde, la estrella del Heat lamentaría sus comentarios. KD finalmente se convirtió en campeón de la NBA a expensas de LeBron después de unirse a los Golden State Warriors de 73-9. Durant venció a LeBron en las Finales de 2017 y 2018, y es posible que se enfrenten nuevamente en los playoffs de la Conferencia Oeste la próxima temporada.

En el momento en que LeBron hizo esos comentarios, Durant tenía seis años de experiencia en la liga y ya había liderado en anotación total por la temporada. Sin embargo, ascender al nivel de Jugador Más Valioso es mucho más complicado y KD lo logró al final de esa temporada. Durant recibió el premio al MVP de la liga al final de la temporada 2013-14 por sus increíbles promedios de 32.0 puntos, 7.4 rebotes y 5.5 asistencias, con un impresionante 50.3% de acierto en tiros de campo. Lideró al Thunder a un récord de 59-23 y sentenció su caso como una de las estrellas más brillantes de la NBA hasta el día de hoy.