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Si bien, al final del día, casi siempre en la NBA el campeón es el mejor equipo del año, viene pasando que muchas expectativas generadas por la conformación de súper equipos terminan en grandes fiascos. Algunos terminan muy bien, como el Miami de LeBron-Wade-Bosh o el Golden State de Curry-Durant-Thompson, pero otros mal. Y las causas son múltiples. 

Antes del inicio de la 2021/22, había una mezcla de entusiasmo y deseo por ver en una hipotética final de la NBA a los Lakers de LeBron, Davis, Westbrook y Anthony contra los Nets de Durant, Irving y Harden. Quizá jugaba más el deseo, sobre todo de la NBA: dos de las plazas más valoradas de la Liga (Los Ángeles y Nueva York), con figuras extraordinarias en sus equipos. 

Pero por ahora, la cosa viene verde, bien verde. Por el lado del Oeste, para alivio de la Liga, los Warriors se mantienen firmes cerca del primer puesto (son otra de las ciudades que generan mucho dinero y movimiento), pero nada puede reemplazar en el Este lo que es Nueva York. Sí, Chicago es una gran ciudad y mercado, Philadelphia podría serlo, pero aunque no sean los Knicks y sea Brooklyn, tener a la Gran Manzana en la final sería un sueño para el amigo Adam Silver. 

La cuestión es que tanto Lakers como Nets han tenido mala suerte y, además, se han mandado unas cuantas macanas. Los angelinos, ya no sabemos si del lado de Rob Pelinka (GM), o LeBron mismo, armaron un combo de jugadores, dejando ir a otros, sencillamente inexplicable. Que por Westbrook se hayan ido Kuzma, Harrell y Caldwell-Pope es cambiar espejitos por oro. Dejaron ir a Caruso, que era una pieza clave en lo colectivo, y trajeron medio PAMI. 

James se perdió 17 partidos y Davis 21, y cuando uno de los dos no está, los Lakers pierden. Como vienen faltando ambos seguidos, hoy la situación es angustiante: noveno puesto en el Oeste. Es decir, si la regular terminara hoy, tendrían que ganar 2 partidos de play-in para jugar los playoffs. Y no hay rivales fáciles para los Lakers, ni siquiera los que hoy serían sus primeros rivales, New Orleans, con algunos ex Lakers que llegaron allí por el trade con Davis (Ingram, Hart). El futuro púrpura hoy es sombrío. 

En el caso de Brooklyn, sus complicaciones son más variadas y complicadas de analizar. Obviamente no tienen la culpa de haber fichado a Kyrie Irving, que luego caiga una pandemia y él no se quiera vacunar. A ver, con Irving siempre pueden pasar cosas extrañas, pero esta fue muy inesperada. En cuanto a la lesión de Kevin Durant, la realidad es que el alero volvió de su larga ausencia por su rotura del Aquiles y, si bien se perdió algunos partidos por problemas de hombro, tobillo y ahora rodilla, no podría decirse que es un jugador con tendencia a lesionarse, como Davis. 

El tema es que el equipo se sostiene demasiado sobre KD. Pueden faltar Harden o Irving o ambos, pero si está Durant, el equipo es candidato. Por el contrario, si no está KD, aunque sí jueguen Irving y Harden, es otra historia. En los últimos partidos, encima de no estar Durant, tampoco está Harden (se perdió 4 de los últimos 6), con lo cual quedó todo en manos de Kyrie, que solo no puede. Llevan 8 derrotas en fila y ya están en puestos de play-in, no tan abajo como los Lakers, pero con la luz roja encendida. 

Los comentarios alrededor de Durant dicen que volverá post All Star Game (20 de este mes), pero más allá de ese mes y medio afuera, habrá que ver cómo le queda la rodilla, porque fue un esguince, algo que genera muchas molestias en la zona. Por suerte para el equipo, febrero es temprano hablando de playoffs, y el equipo tendrá suficiente tiempo para reponer fuerzas. 

En definitiva, los potenciales finalistas, en crisis, viven realidades muy diferentes. Los Lakers no dan buenas sensaciones ni siquiera completos, mientras que los Nets sufren básicamente por las lesiones y el tema de Irving de no poder jugar de local. En el caso angelino, tener a LeBron y Davis sano es sinónimo de poder ganarle a cualquier en postemporada, pero para eso deberían zafar del play-in, extremadamente riesgoso. En el caso de los Nets, pasa más por rezar y convencer a Kyrie, ya no solo de que la Tierra es redonda, sino de que las vacunas salvan vidas.