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Muchas veces la gente piensa que las grandes estrellas de la NBA viven en un mundo pleno, felices porque les gusta lo que hacen, ganan millones y millones de dólares pero muchas veces la procesión va por dentro. Uno de esos casos es John Wall, quien fue elegido en la 1° posición del draft de 2010 y es uno de los jugadores que mejor salario tuvo en los últimos años.

Hace algunas semanas, el exjugador de Houston Rockets, contó que tuvo pensamientos suicidas en los últimos años por las lesiones, las muertes de sus seres cercanos, lo cual le permitieron jugar solo 40 encuentros en las últimas tres temporadas.

En una columna personal en el sitio The Players Tribune, Wall agregó detalles de sus problemas. “Tuve una infección debido a las operaciones que casi me lleva a tener que amputarme el pie”, expresó John. Y agregó que esta situación derivó de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió a fines de 2018.

“Pasó muy rápido. En tres años pasé de estar en la cima del mundo a perder casi todo lo que me importaba en la vida”, dijo John y luego continuó: “Forcé un Game 7 contra Boston. Firmé una extensión máxima y creía que iba a pasar el resto de mi vida en Washington. Un año más tarde me rompí el Aquiles, terminé con una infección tan grave de las cirugías que casi tuve que amputarme el pie. Un año después, perdí a mi mejor amiga en todo el mundo, mi mamá, por cáncer de mama y perdí el único santuario que había conocido en la vida: el baloncesto”.