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Ime Udoka es una de las grandes mentes detrás del éxito de los Celtics esta temporada. Con la confianza de Brad Stevens puesta en él, trabajó en la cohesión del equipo y lo llevó a su primera final en 12 años, pero detrás de este gran momento hay una historia.

La mente maestra de Boston nació en Portland, pero tiene raíces paternas provenientes del sur de Nigeria. Habiendo hecho su etapa de High School en Jefferson, pasó a la NCAA y tuvo un año en San Francisco, para llegar a Portland State y explotar con 14.5 puntos de promedio.

A pesar de que no fue elegido para el Draft del 2000, persiguió su sueño desde la D-League y algunas otras competencias profesionales inferiores de Estados Unidos. El primer equipo de la mejor liga del mundo en confiar en él fue Los Angeles Lakers en 2004, con aquel plantel que tenía a Kobe Bryant, a Shaquille O´Neal, Gary Payton y Karl Malone. Sin embargo, disputó solo cuatro encuentros y debió irse.

Allí tuvo un paso por la Liga ACB, con el Gran Canaria, por Francia y por Lituania, para volver de inmediato a la D-League en Fort Worth Flyers. A partir de su defensa y de ser un portento físico, volvió a la NBA con ocho juegos en la 2005/06 en New York, para encontrar su lugar definitivamente en Portland al año siguiente, donde logró 8.4 puntos en 75 juegos, todos como titular en un equipo que tenía a promesas como Brandon Roy y LaMarcus Aldridge.

En el medio, decidió aceptar sus raíces e hizo su debut en la Selección de Nigeria en 2005, para ser un puntal clave en el Mundial 2006. Allí, en tierras japonesas, fue importante en el equipo africano que le ganó a Serbia y llegó a octavos de final.

Y aquí se dio una llegada que sería clave para su futuro. En 2007 fichó por San Antonio y tuvo un rol desde el banco en dos campañas seguidas, con un paso por Sacramento y un regreso en 2010 a los Spurs, para volver a Europa y dejar de jugar en UCAM Murcia en 2012.

Inmediatamente recibió la llamada de Gregg Popovich para sumarse como asistente a su staff gracias a su buena capacidad de comunicación con el equipo. Especialista en la faz defensiva de San Antonio, Ime absorbió lo que fue la cultura Spurs a lo largo de siete años, pasando luego a ser parte de Philadelphia y Brooklyn.

Pero quería dar el paso al frente y lo tomó a partir de la confianza que Brad Stevens depositó en él. Luego de un arranque dubitativo, llegando a la mitad de la temporada con un récord negativo, Udoka impuso su estilo de una defensa pragmática e intensa, para remontar y terminar en la segunda posición de la Conferencia Este.

A partir de ahí, de la mano de un especialista defensivo como Marcus Smart, sumado a la dupla anotadora y estrella como Jayson Tatum y Jaylen Brown, más las apariciones de Robert Williams, Grant Williams, Payton Pritchard, Derrick White y Daniel Theis. El equipo en su conjunto fue la enorme figura y así Boston fue bajando rivales como Brooklyn, Milwaukee y Miami, para instalarse en la definición en busca del ansiado anillo.

Un Udoka que hizo del trabajo silencioso su gran virtud y ahora llevó a una de las dos franquicias más ganadoras a la final contra todos los pronósticos. La historia está a sus pies y solo depende de él y sus dirigidos escribirla.