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Un final trágico y abrupto para un joven prometedor

12:26 10/12/2021 | Ricky Berry llegó a la NBA elegido por Sacramento Kings en el draft de 1988. Tras su temporada debut, su corta carrera terminó sorpresivamente.

Un final trágico y abrupto a una carrera prometedora (Getty)

Bill Berry fue un entrenador de básquet nacido en 1942 y que comenzó con su carrera con 24 años. Fueron más de cuatro décadas las que se dedicó a la profesión, estuvo como director técnico principal en varias escuelas secundarias, universidades e incluso en la NBA, reemplazó Tim Floyd en Chicago Bulls. Además estuvo como asistente en varias entidades de distintos niveles, fueron más de 15 temporadas en la mejor liga del planeta. Entre las franquicias que integró están Sacramento Kings, Houston Rockets, los Bulls y Washington Wizards, donde se despidió de la actividad.

Ricky Alan nació en 1964, hijo del Bill. Su vida, desde muy chiquito, estuvo muy ligada al básquet. Su padre era entrenador de Michigan State y ese fue el lugar en el cual comenzó la práctica del deporte. Fue la Universidad de San José el punto de inflexión en la vida de Ricky. Su progenitor llegó a dicha institución en 1979 para hacerse cargo del equipo y rápidamente lograron conseguir el título de la NCAA con un jugador estelar: Magic Johnson. El adolescente Ricky entrenaba en la ciudad y acompañaba a su padre a los entrenamientos.

Su etapa como universitario comenzó en la estatal de Oregon, en la que solo jugó una temporada para luego marcharse a la estatal de San José e integrar los Espartanos por tres años, en los cuales tuvo un buen desempeño. En 1987, un año antes de terminar su paso por la NCAA, integró el equipo de Estados Unidos en los Juegos Panamericanos celebrados en Indianápolis, certamen que fue ganado por Brasil con Oscar Schmidt como gran figura. El seleccionado norteamericano fue segundo.

En el draft de 1988, Sacramento Kings lo eligió en la posición 18. Ese año, en el lugar 50, fue elegido Steve Kerr y en tercera ronda, Atlanta Hawks escogió a Jorge González (#54) y Philadelphia 76ers a Hernán Montenegro (#57).

Su padre se convirtió en asistente técnico del equipo y Ricky tuvo una buena temporada estreno: jugó 64 encuentros y tuvo 11 puntos, 3.1 rebotes, 1.3 asistencias y 0.6 recuperos de promedio en 22 minutos de juego. Un estreno auspicioso, muchos periodistas y analistas vaticinaban un futuro auspicioso para el jugador de 24 años.

Pero todo cambió, de la noche a la mañana. El 14 de agosto de 1989, un par de meses antes de comenzar su segunda temporada, Ricky se quitó la vida. Tuvo una fuerte discusión con su esposa, ella se fue de la casa y pasó la noche en la casa de una amiga. Al volver, a la mañana siguiente, encontró a su esposo tirado en el piso sobre un gran charco de sangre, al lado un arma y una carta de despedida.

Ni familiares, ni amigos, ni compañeros de equipo pudieron entender el duro y trágico desenlace de Ricky, al cual, según todos aseguraban, la vida le sonreía y su futuro era promisorio. Pero un abrupto final, dejó truncos sus sueños.

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