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La temporada 2024-25 de los Dallas Mavericks dio un giro inesperado. Con Luka Doncic fuera de las canchas por una lesión en la muñeca, el equipo ha sorprendido a todos con un récord de 4-1 en los partidos que ha jugado sin su estrella. Este desempeño es aún más impactante cuando se compara con el balance de 7-7 que tienen cuando Doncic está presente. El hecho de que los Mavericks estén obteniendo victorias con regularidad en su ausencia muestra que este equipo tiene mucho más de lo que parecía a simple vista, y su profundidad ha comenzado a brillar.

Kyrie Irving, quien asumió el liderazgo en los juegos sin Doncic, ha sido un factor clave en esta racha positiva. Con un promedio de 25,3 puntos, 6 asistencias y 4,5 rebotes en los cuatro encuentros sin el esloveno, Kyrie ha demostrado su capacidad para ser el motor ofensivo del equipo. Si bien su rendimiento ha sido sólido junto a Doncic, el haber tomado el control sin el esloveno lo ha establecido como el líder claro en estos momentos de incertidumbre. Irving no solo ha dado un paso adelante, sino que ha logrado integrar a sus compañeros y maximizar sus habilidades.

Además de Irving, la profundidad del equipo ha mostrado un crecimiento notable. Jugadores como Naji Marshall, que ha demostrado ser una opción confiable en la pintura, y la sólida rotación de pivotes con Daniel Gafford y Dereck Lively II, se han ganado su espacio en el esquema. En los últimos juegos, especialmente contra Atlanta y Nueva York, la contribución de jugadores secundarios como Jaden Hardy y Spencer Dinwiddie ha sido crucial. La capacidad del equipo para mantener un nivel alto sin depender exclusivamente de Doncic es un indicativo de que los Mavericks han desarrollado un sistema más colectivo y equilibrado.