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Los malos resultados o la imposibilidad de cumplir con objetivos suelen traer renovaciones profundas en los distintos equipos. En la actual agencia libre de la NBA hubo dos franquicias que mostraron que las situaciones por las cuales están pasando no son las mejores y es por ello que se pusieron a buscar un cambio profundo en sus planteles.

Las dos franquicias son New York Knicks y Utah Jazz, ambas desde distintos contextos pero con un punto en común. En el caso del equipo de la Gran Manzana se desprendió de Kemba Walker, un jugador que seguía en el roster pero que no sumó un solo minuto en toda la última temporada, liberó tope salarial y fichó a Jalen Brunson, en uno de los grandes movimientos del mercado.

Por el lado del Jazz, hizo un movimiento importante, envió a Rudy Gobert a Minnesota Timberwolves recibiendo a cambio un gran paquete con Malik Beasley y Patrick Beverley a la cabeza, en el cual también está el argentino Leandro Bolmaro. Dejando en claro su intención de hacer una renovación profunda, además sumaron varios picks futuros de primera ronda.

En los últimos días se supo que su otra gran figura, Donovan Mitchell, también tenía posibilidades de salir del equipo, algo que sorprendió a muchos. En esa danza de posibles destinos para el perimetral, la franquicia que se mostró con mayores chances de quedarse con él es la de la Gran Manzana.

Se supo que la franquicia neoyorquina podría ofrecer en la operación a los jugadores Quentin Grimes o Immanuel Quickley, Obi Toppin, un veterano entre Derrick Rose o Evan Fournier, y cinco futuras elecciones del Draft (cuatro serían de primera ronda y otra con posibilidad de intercambio).