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La derrota en febrero de Argentina ante República Dominicana ante Mar del Plata decretó la ausencia de la albiceleste de un Mundial después de 41 años, lo que fue la racha más larga de presencias en la historia del básquet albiceleste. Todo coincidió con la creación de la Liga Nacional, y desde 1986 hasta el pasado 2019 el protagonismo estuvo garantizado en el primer orden mundial.

Sin ir más lejos, Argentina pasó en cuatro años de ser subcampeón de China a no clasificar a la edición 2023. En ese lapso de nueve ediciones tuvo dos subcampeonatos, un cuarto puesto, un quinto lugar y fue dos veces octavo.

Grandes tareas para un país que después de ser campeón de la primera edición en 1950 no pudo establecerse entre las potencias, sobre todo a partir de decisiones políticas y borrando a todos los jugadores que habían festejado en aquella noche histórica en el Luna Park.

Ya en 1954 no se participó, después tuvo tres participaciones seguidas y no clasificó en 1970, 1978 y 1982, habiendo disputado solo en 1974, donde fue 11°. En 1986 cambiaría la historia, no tanto por el 12° lugar, sino por el triunfo ante Estados Unidos que aún hoy se recuerda.

Igualmente, en toda esta racha, se estuvo muchas veces cerca de no clasificar. En 2009 se logró el bronce luego de caer en los dos primeros partidos, con Luis Scola como figura y un Andrés Pelussi con un triple que mandó a suplementario y posterior triunfo ante República Dominicana. En 2013 se sufrió de manera similar, con una victoria clave ante Canadá y clasificación entre los cuatro mejores del certamen, después de haber perdido ante Venezuela primero y luego frente a Puerto Rico y Jamaica luego.

Más atrás en el tiempo, en 1997 fue cuarto con mucha angustia. Sin ir más lejos, debieron ganarle a Canadá en la jornada final y esperar los triunfos de Cuba ante Venezuela y de Puerto Rico ante Uruguay. Allí se alinearon todos los planetas y esos resultados se dieron para que Argentina se metiera en Grecia 1998.