Juegos Olímpicos

Sudán del Sur, la selección de refugiados que hace historia

16:43 23/07/2024 | Prácticamente todo el plantel del equipo africano sufrió la guerra en su país y debió alejarse, hasta que gracias al básquet volvieron a sus raíces. Te contamos sus historias.

Sudán del Sur quiere hacer historia en París (Getty)

"Somos un grupo de refugiados jugando contra los mejores de la historia" contaba un orgulloso y emocionado Wenyen Gabriel luego de la caída amistosa ante Estados Unidos de Sudán del Sur. Es que todos los jugadores de este seleccionado provienen de un país africano que lleva décadas sumido en una guerra civil y a los que el básquet unió para defender a su nación a través del deporte.

Después de clasificar al Mundial 2023, no se conformaron y clasificaron a los Juegos Olímpicos de París 2024. También jugaron por primera vez frente a Estados Unidos y estuvieron a una jugada de vencerlos.

Luol Deng, pieza clave como directivo y asistente, nació en 1985 en Wau, pero debió trasladarse a Egipto escapando de la guerra civil. Desde allí se trasladó a Gran Bretaña donde pasó su infancia y hasta representó a la selección europea en Londrés 2012.

Del equipo, Carlik Jones es nacido en Cincinatti en 1997, pero de padres sursudaneses. “Esta fue nuestra primera vuelta. No puedo esperar a ver lo que tenemos reservado” expresó luego del histórico logro tras el triunfo ante Angola en 2023.

La otra figura, Wenyen Gabriel nació en 1997 en Jartum y con su familia huyeron del país, fueron ubicados en Estados Unidos como refugiados. Actualmente apoya mucho a gente que vive esta situación: “Mi experiencia me hace querer defender a los refugiados y a las personas desplazadas en todas partes y ayudar a marcar la diferencia”. Allí volvió en 2022 por primera vez y dijo para UN Refugee Agency: “Quiero que la gente sepa sobre Sudán del Sur. Siempre quise volver y estoy feliz de haber llegado aquí. Visité campos con ACNUR y vi con mis propios ojos la importancia de ayudar a las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares, aunque hay una gran escasez de fondos para asistencia vital. El mundo no debería olvidarse de Sudán del Sur”.

Bul Kuol, de 27 años, tuvo su infancia lejos del básquet en el campo de refugiados más grande del mundo, Kakuma. Sin ir más lejos, jugaba al fútbol. Cuando su familia se mudó a Canberra en 2006 conoció la naranja y se desarrolló hasta ser parte dee este seleccionado.

Por otro lado, Marial Shayok nació en Ottawa, Canadá, con padre y madre sursudaneses. Makur, su padre, huyó de la guerra civil en los años 80 y recaló en Texas. “Mi padre se mudó a América del Norte para jugar baloncesto y trajo a su familia con él y a sus hijos jugando baloncesto y ahora que yo tengo la oportunidad de jugar para nuestro país natal; significa mucho para mi familia y para mí” contó en CBC News.

Por último, el más joven, Khaman Madit Maluach, de 2.18 y 17 años, nació en Rumbek pero creció en Uganda como refugiado, donde comenzó a jugar y luego se sumó a la NBA Academy de Africa en Saly, Senegal. Es una de las grandes estrellas de Duke para la próxima temporada de la NCAA.

Otro proveniente de un campo de refugiados es Nuni Omot, que lo hizo en Nairobi en 1994 y huyó a Estados Unidos. Por herencia familiar juega en Sudán del Sur y debutó en 2022.

Australia ha sido un destino común como refugiados. Kuany Ngor Kuany nacido en Aweil en 1994, se mudó a Melbourne, Australia, a los 9 años y allí se desarrolló. Sunday Dech, por su lado, es nacido en Gambela, Etiopia, de padres sudsudaneses de la tribu Anuak. Se mudó a los 6 años a Perth, Australia.

Jackson Makoi nació en Egipto con su familia huyendo de la guerra en el 2000. Desde allí se mudó a Melbourne y se desarrolló como jugador.

Majok Deng nació en 1993 en Bor, Sudán y hasta los 8 años vivió allí. Pero debió mudarse a Australia en 2006 después de pasar algún tiempo en Kenia como refugiado, para llegar luego a Adelaida con su hermana y su madre.

JT Thor, uno de los NBA del equipo, tuvo su infancia en Anchorange, Alaska, para luego trasladarse a Virginia para desarrollarse en el básquet. Pero su madre abandonó Sudán hace 24 años con el país devastado para la guerra.

Quizás desde lo político Peter Jok sea el que más sepa lo que es sufrir la guerra. El escolta no conoció una pelota de básquet hasta los 9 años. A los 3 años asesinaron a su padre, comandante del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán. Desde allí huyeron a Uganda y luego a Estados Unidos, a donde llegaron en 2003. “Mi primera impresión fue que tenía demasiado frío y quería volver” contó en una sentida entrevista con Big Ten Network.

"No estamos aquí por accidente, estamos aquí porque lo ganamos y estaremos aquí por un largo tiempo" rezó una bandera en cada partido de Sudán del Sur, y a estar atentos a su crecimiento a futuro.

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