Basquetplus.com

Para todos fue un privilegio haber sido contemporáneos de la Generación Dorada. Haber podido apreciar el nivel de juego, las cosas que hizo ese grupo de jugadores, fue algo espectacular. Incluso para los otros jugadores, los que compartieron cancha en distintos equipos con ellos, los que fueron rivales. Aunque también tuvo un lado no tan positivo y fue para los jugadores que aspiraban a jugar con el seleccionado argentino.

La Generación Dorada estuvo representando a Argentina durante más 15 años y ese grupo de jugadores tuvo un nivel y una categoría superlativa. En la Liga Nacional hubo nombres importantes, que fueron destacados dentro de la competencia, pero que tuvieron una participación menor en el seleccionado argentino por estar estos monstruos en el equipo.

En varias ocasiones, ese equipo alternativo de Argentina fue a representar al país en torneos menores como Sudamericanos o en algunos casos algunos FIBA Américas, mezclados con integrantes de la GD. En el 2001 se participó de los Juegos de la Buena Voluntad en Brisbane, Australia, bajo la conducción técnica de Rubén Magnano, con un mix entre jugadores importantes de la Liga Nacional y algunos de los Generación Dorada.

En ese certamen Argentina fue segunda luego de caer en la final ante Estados Unidos, equipo dirigido por Flip Saunders y donde estaban varias figuras de la NBA, como Mark Jackson, Jermaine O’Neal, Shane Battier y Rashard Lewis. Los que completaban el equipo eran: Calvin Booth, Shawn Marion, Kenyon Martin, Wally Szczerbiak, Mike Miller, Jason Terry, Baron Davis y Andre Miller.

Por el lado de Argentina, los líderes eran: Leo Gutiérrez, Walter Herrmann, Daniel Farabello y Andrés Pelussi. Completaban el equipo: Pablo Moldú, Matías Sandes, Alejandro Alloatti, Facundo Sucatzky, Gabriel Diaz, Mariano Ceruti, Pablo Calderón y Matias Pellettieri.

La final terminó 91-63 a favor de Estados Unidos ante Argentina y Moldú, integrante de ese equipo, recordó: “Cuando tuve que enfrentar a esos jugadores noté una diferencia física muy grande. Ellos eran enormes. En esos años, era notoria”. Pablo también habló sobre el juego en sí: “Hicimos un buen partido, pero nos ganaron bien. Una de las cosas que más recuerdo, y con risas, es que en un contraataque venía Baron Davis picando el balón y yo intenté ir a presionar a mitad de cancha, y él con un cambio de dirección y de ritmo extraordinarios, me dejó sentado de cola en el medio de la cancha con mucha soltura”. Para cerrar, comentó: “Fue una muy hermosa experiencia y un gran torneo. De los mejores o más importantes que me tocó jugar, ya sea con la Selección o con equipos, del otro lado del mundo. Una cosa que recuerdo con mucho cariño”.