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Damian Lillard, figura clave de Milwaukee Bucks, se perderá al menos el comienzo de la serie de primera ronda ante Indiana Pacers debido a una trombosis venosa profunda en la pantorrilla derecha. El base de 34 años no juega desde el 18 de marzo, cuando fue diagnosticado con un coágulo de sangre que obligó a frenar por completo su actividad. La enfermedad, que afecta a venas profundas en las piernas, puede generar consecuencias graves si el coágulo viaja a órganos vitales como los pulmones, razón por la cual el cuerpo médico ha mantenido extrema precaución con los tiempos de recuperación.

Hasta su baja, Lillard promediaba 24.9 puntos, 4.7 rebotes y 7.1 asistencias en 58 partidos disputados durante la fase regular, consolidándose como la segunda opción ofensiva detrás de Giannis Antetokounmpo. La ausencia de su desequilibrio perimetral representa una baja sensible para un equipo que ya ha sufrido altibajos desde la llegada de Doc Rivers al banquillo.

En su lugar, el joven Ryan Rollins será quien ocupe el puesto de base titular al menos en el arranque de la serie. Si bien el cuerpo técnico mantiene el optimismo sobre una eventual vuelta de Lillard a lo largo de la postemporada, todavía no hay una fecha precisa de regreso. El propio jugador ha intensificado su actividad en cancha durante la última semana, pero aún necesita la autorización definitiva del cuerpo médico para volver a competir oficialmente.