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La historia de la Euroliga no puede contarse sin mencionar a Luis Scola, un auténtico referente que marcó una era con el Tau Cerámica y dejó su huella en el baloncesto europeo. A lo largo de ocho temporadas, el argentino disputó 172 partidos, anotó 2.312 puntos y capturó 932 rebotes, convirtiéndose en el máximo anotador y rebotero argentino en la historia del torneo.

Fue subcampeón en la recordada primera final de 2001 contra la Virtus Bologna de Manu Ginóbili y disputó cuatro Final Four, consolidándose como uno de los internos más dominantes de su generación. A pesar de estos logros, la Euroliga lo dejó fuera de su selección de los 25 jugadores más representativos en los 25 años de la competencia, una omisión difícil de justificar.

El ascenso de Scola en la Euroliga fue progresivo pero constante. En su debut en la 2000-01, promedió 8.7 puntos y 4.3 rebotes en 22 encuentros. En la siguiente temporada, elevó su rendimiento con 15.9 unidades y 4.6 rebotes, aunque su equipo no pudo avanzar más allá del Top 16. La regularidad de Scola se sostuvo con medias de 15.1 puntos y más de cinco rebotes por partido en las siguientes tres temporadas, hasta que en la 2004-05 tuvo su gran explosión: con 15.1 puntos y 6.4 rebotes, fue clave en la clasificación del Tau a la final y fue incluido en el segundo mejor equipo del torneo.

El impacto de Luifa se hizo aún más notorio en la 2005-06, cuando fue elegido en el quinteto ideal de la Euroliga tras liderar a su equipo a otro Final Four con promedios de 14.8 puntos y 6.7 rebotes en 25 partidos. Esa temporada firmó actuaciones memorables, como los 36 puntos ante Brose Bamberg y los 14 rebotes frente a Strasburgo. En la 2006-07, inscribió su nombre en los libros de historia al convertirse en el máximo anotador del torneo, superando a Marcus Brown en un triunfo contra Maccabi Elite. Cerró su ciclo con el Tau con 144 partidos, 2.054 puntos y 810 rebotes, antes de dar el salto a la NBA con Houston Rockets.

Doce años después, en la 2019-20, Scola volvió a la Euroliga con el Armani Milano como parte de su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. A sus 39 años, todavía mostró su jerarquía al promediar 9.2 puntos y 4.3 rebotes en 28 encuentros, aumentando sus números históricos en la competencia. 

Sin embargo, cuando la Euroliga eligió a los 25 jugadores más influyentes de su historia, el nombre de Scola no estuvo entre los seleccionados. En esa lista figuró su gran par, Manu Ginóbili, junto a nombres como Luka Doncic, Juan Carlos Navarro, Vassilis Spanoulis, Dimitris Diamantidis y Dejan Bodiroga, entre otros, pero no hubo lugar para el argentino, a pesar de sus números y su impacto.

Más allá del reconocimiento a Ginóbili por su título y su MVP con Kinder Bologna, resulta llamativo que jugadores como Shane Larkin o Bogdan Bogdanovic fueran elegidos por sobre Scola, cuya trayectoria en la Euroliga se extiende por casi una década aunque es visible que la carencia de un título peso para decidirse por otros nombres. Pese a todo, el legado de Luifa permanece inmaculado como uno de los mejores que vio la competencia.

Pablo Catalá / [email protected] 
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