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China 2019 fue el último gran torneo donde Argentina brilló. Y lo hizo de tal manera que superó todas y cada una de las expectativas para terminar con la medalla de Plata, cayendo solo en la final ante España.

En este sentido, Sergio Hernández explicó en su charla con Básquet Plus TV: “Sabía que estábamos viviendo una irrealidad, no por falta de talento, aunque sí es verdad que teníamos mucho menos talento que la mayoría de los que estaban en los ocho mejores del mundo. Pero sobre todo porque era un grupo inexperto para ese nivel. Teníamos a Luis que era nuestro faro, que no es poca cosa, al contrario. Pero después los demás jugadores que ya eran conocidos, pero a nivel selección era la primera vez que tenían una responsabilidad grande porque todos habían sido suplentes de él u otro”.

Y continuó destacando lo importante que fue ir al Panamericano de Lima: “Hicimos un trabajo inteligente ahí de irnos al Panamericano con ese mismo equipo, hacer una preparación larga de mucho entrenamiento previo antes de jugar amistosos, ir al Panamericano, usarlo de base. El Panamericano por tres cosas, primero para volver a recuperar una medalla de oro que no se ganaba hacía muchísimos años, segundo para tratar de foguearnos para el mundial y tercero para ir a jugar un torneo en el que éramos candidatos sí o sí y eso iba a demostrar nuestra personalidad a la hora de jugar bajo presión porque ahí teníamos sí o sí la obligación de ir por una medalla. Perdimos un partido con México y ganamos un partido de milagro con Dominicana con un triple de la esquina que lo teníamos perdido y después lo ganamos un suplementario. Pero después levantamos y jugamos a un nivel altísimo”.

Además, agregó: “De ahí nos vamos a Europa que era el otro escalón que queríamos hacer, a jugar contra Montenegro, contra Francia, contra España, contra Rusia, contra Esquina jugamos, Brasil también. Posiblemente la del 2019 haya sido junto con la de Río 2016.

A su vez, Oveja reflexionó sobre el torneo: “Fuimos muy inteligente a la hora de elegir una manera de jugar, fuimos inteligentes a la hora de seleccionar cómo jugarle a cada equipo siempre pensando esto que nosotros no tenemos esto, nosotros no somos, no nos engañemos, o sea no, Serbia es más, Francia es más, pero bueno Serbia le queremos ganar y cómo le podemos ganar y la única manera metiéndole 95 puntos, no le vamos a ganar de otra manera. Bueno subamos las posesiones, subimos las posesiones, Serbia no lo esperaba, esperaba encontrar un equipo que por ser Serbia le jugara con el freno de mano, especulara, se sorprendió cuando se quiso dar cuenta, había perdido. Francia era todo lo opuesto, Francia era el mejor equipo defensivo del torneo, entonces si a Francia no le vamos a tomar 80 ni los goles, bajemos las posesiones, Francia había visto el partido con Serbia, pensaba que nosotros íbamos a meter un ritmo, después se rompe ese plan, porque nos sentimos tan poderosos que empezamos, Luis empieza a subir el balón él, es el mejor partido del equipo, costa a costa y se prenden todos y ya la cara de los franceses era, no hay nada para hacer, nos sorprendimos, no fue sorpresa. No hubo un equipo que perdió por subestimarnos, Serbia un poquito, pero igual no quiere decir que hubiese ganado, pero vos tenés 40 minutos a darte cuenta también, pero siempre por lo menos Luis y yo sabíamos que era algo, casi la misma persona, sabíamos que había algo que no tenía, o sea que no tenía sentido, que lo que había pasado, lo que estaba pasando, no tenía relación con nuestra realidad”.