Basquetplus.com

Nada pasa porque si, todo tiene un motivo, todo logro tiene un camino recorrido y un paso previo. La medalla de bronce obtenida por la Selección Argentina de Mujeres en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 podría tomarse como un premio, una coronación al trabajo, al crecimiento constante y concretó un logro importante gracias al crecimiento y consolidación de la competencia interna.

Para comenzar habría que trasladarse a poco más de una década atrás, en 2012, cuando a mediados de año la Confederación Argentina, encabezada por Germán Vaccaro, se hizo cargo del básquet femenino, quien estaba bajo la órbita de FFBRA. Cañada de Gómez, como en la Liga Nacional de varones, fue la sede que albergó el primer Campeonato Argentino organizado por la Confederación.

A partir de ahí, se fueron desarrollando distintas acciones que fueron apoyando y fomentando el básquet femenino. Primero con los Campeonatos Argentinos, los cuales comenzaron a desarrollarse de manera continua, sin interrupciones, hasta que en 2014, poco antes que finalice el mandato de Vaccaro al frente de la CABB, creó el Torneo Federal Femenino, el cual emulaba a la gran creación del torneo masculino y que, en ese momento, era la máxima competencia de las mujeres.

En 2015 y ya con Federico Susbielles a la cabeza de la Confederación, aunque en ese momento como Interventor, surge la SuperLiga, una competencia de élite que reunía a los mejores ocho equipos del país y que, además, tenía un sistema de draft para que los equipos participantes puedan elegir a las extranjeras. Un nuevo paso para consolidar el crecimiento proporcional del básquet femenino. El Torneo Federal seguía con su curso y las categorías menores también tenían su certamen nacional por clubes, además de los distintos Argentinos.

Durante la etapa de Susbielles y algo que también luego siguió con Borro, fue la organización de los torneos internacionales. Argentina fue sede de distintas competencias de países, tanto Sudamericanas como continentales, en categorías menores y mayores, dándole un apoyo importante y además, que las chicas argentinas tengan la posibilidad de vestir la camiseta albiceleste y jugando en casa, un hecho más que importante.

Otro hecho importante de la gestión de Susbielles que luego continuó Borro fue el rastrillaje, el proyecto que comenzó como el Plan Altura de la mano de Sebastián Uranga, quien fue el Director Deportivo del Chupi. Consistía en armar una base de datos con jugadores dentro de un parámetro que podían ser altos o tener condiciones específicas para el básquet, seguirlos, citarlos a entrenar, poder analizarlos en citaciones e incluirlos en la selección. Comenzó con los varones y rápidamente se replicó en las mujeres. La selección se proveyó de varias chicas que llegaron de la mano de este ambicioso plan. Con la llegada de Borro, Mariano Marcos fue quien lideró este proyecto, que pasó a llamarse Campamentos de Desarrollo, pero que en el fondo tenía el mismo objetivo, convocar a distintos jugadores y jugadoras, entrenarlos, prepararlos y sumarlos a la selección. Esto le abrió las puertas a muchas chicas.

En 2017, tomando la posta de la SuperLiga que organizaba la CABB, el ente madre le cedió a la Asociación de Clubes la organización de la máxima categoría, que regresó al nombre de Liga Nacional, tal como era en la época de FFBRA. Con el mandato de Susbielles concluido y el inicio del de Fabián Borro, quien tomaba la posta en la Confederación pero aún seguía manejando los hilos de la AdC, la Liga Nacional se consolidaba como la máxima categoría, siendo la Liga Federal, el antes llamado Torneo Federal, el de segundo rango.

Con la presidencia de Borro en CABB y su fuerte presencia en la AdC, la Liga Nacional se fue consolidando, muchos equipos de la máxima categoría de varones comenzaron a presentar sus equipos en la otra rama, más por obligación que por convencimiento, pero las mujeres fueron ganando su espacio. De esta manera, además de la competencia de élite, de a poco se fue acrecentando la base de jugadoras, se fueron profesionalizando y teniendo cada vez más crecimiento.

La medalla de bronce de los recientes Juegos Panamericanos en Santiago 2023 podría ser un premio a este apoyo constante que fue permitiendo aumentar las bases y darle un mayor rodaje a las jugadoras que no necesitaron tener que irse del país para poder desarrollarse. Sin dudas que el trabajo y el apoyo, a la larga o a la corta, dan sus frutos.