Vin Baker, de ganar 100 millones a manejar un Starbucks, ida y vuelta
13:18 28/05/2020 | Jugó 13 temporadas en la NBA, fue 4 veces All Star y también ganó el oro olímpico en Sydney 2000. Cayó en el alcoholismo y perdió todo, pero volvió. Su historia.
No es una historia única en la NBA. Dicen que 3 de cada 4 jugadores se funden dentro de los cinco años posteriores a su retiro, por lo que la vida de Vin Baker, si bien particular, no puede considerarse una gran exepción.
Baker, ala pivote de 2.11, nacido en 1971, jugó 13 temporadas en la NBA entre 1993 y 2006 en seis equipos distintos tras ser elegido en el puesto 8 del draft de 1993 por los Bucks: Milwaukee, Seattle, Boston, New York, Houston y Los Ángeles Clippers. Fue 4 años parte del All Star Game, oro en el Preolímpico de Puerto Rico en 1999 y oro de nuevo en los Juegos de Sydney 2000.
En esas 13 temporadas en la NBA sus salarios sumaron algo más de 97 millones de dólares. Todo debería haber ido bien para su vida, pero no fue así. Como muchos, cayó en el alcoholismo y lo perdió todo. "Creo que el éxito me llegó muy rápido", le dijo Baker a Slam en una entrevista hace varios años.
Y sigue: "Y una vez que conseguí el éxito, no digo que dejé de buscarlo, pero fue como que no competía igual cada noche. En 8 años era All Star, desde que me habían cortado en el equipo de mi escuela. No digo que mi historia es como la de Michael Jordan, pero es un salto demasiado grande".
El problema de Baker con el alcohol no llegó después de jugar, sino durante. En el 2003 fue suspendido por el entrenador de los Celtics, Jim O'Brien, por oler en su respiración a bebida en una práctica. A partir de ahí, a pedido de Boston, se sometió a un tratamiento, pero su vida en la NBA estaba acabada, aunque se quedó 3 años más deambulando por varios equipos.
Tras retirarse de la NBA en 2006, perdió su casa y sus 97 millones ganados durante su carrera desaparecieron como por arte de magia. Al alcohol se sumaron drogas, medicamentos y hasta enjuague bucal, que comenzó a usar para tapar el olor a alcohol, pero que en cantidades importantes se convertía en alcohol también. Baker estaba perdido, y eso que en los Knicks tuvo el apoyo del dueño, James Dolan, exalcohólico, y de Isiah Thomas, cuyo hermano falleció por eso.
En 2011, dice, dejó de beber y en 2015, su exjefe, el dueño de los Sonics, Howard Schultz, le ofreció ser el manager en Connecticut de un Starbucks, empresa de la que era el propietario. A Baker le pareció una buena forma de reinsertarse en la sociedad y trabajó allí durante un tiempo.
"Muchos dudan sobre exjugadores de la NBA que quieren ser entrenadores o asistentes porque no saben si son trabajadores y humildes. Hombre, serví cafés acaramelados y macchiatos. Si eso no es humildad...", dijo Vin en una nota con Helaln Net de Washington.
La cuestión es que, en 2017, ya 6 años después de dejar la bebida, Texas Legends lo contrató como entrenador asistente del equipo de la G-League. Un año después, su primer equipo, Milwaukee, lo fichó como asistente y luego le dio también un cargo en el desarrollo de los jóvenes. Hoy, es también asistente del equipo principal y aspira algún día a tener el cargo central. De todos modos, sabe que esa no es su pelea. Hasta el último día de su vida será no volver a beber. Ese es su partido.
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