Especiales

La espectacular hazaña de siete jugadores bosnios en plena guerra

22:08 22/04/2020 | En medio de la guerra de Bosnia entre musulmanes, croatas y serbios, siete jugadores bosnios escaparon del país para jugar el EuroBasket de 1993.

El equipo de Bosnia-Herzegovina con el lema de paren la guerra (Foto: The Long Shot)

La espiral del silencio es una teoría de las ciencias políticas y de la comunicación, escrita por la politóloga Elisabeth Noelle-Neumann. En aquel texto se estudia a la opinión pública como una forma de control social en la que los individuos adaptan su comportamiento a ciertas actitudes dominantes de lo que es aceptable, y de lo que no. A su vez, la autora exclama que este círculo vicioso se puede romper cuando algunos individuos, considerados de la minoría, empiezan a no estar de acuerdo con lo que piensa la mayoría. A partir de eso, cada vez más personas empiezan a unirse al movimiento y se adhieren de manera tal que terminan siendo la nueva mayoría. 

Lo que sucedió con un grupo de jugadores el 1 de abril de 1993 fue exactamente ese mismo proceso de reconversión. Tenían un sueño: jugar el EuroBasket de ese año en Alemania, pero había un gran impedimento. Eran de Bosnia-Herzegovina y, para lograrlo, tenían que salir de Sarajevo, que en aquel momento era una de las principales zonas de relevancia de la guerra entre musulmanes, serbios y croatas en la que estaba inmerso su país.

Aquel día de abril los siete involucrados lograron sortear los frentes de la guerra, corriendo escondidos en medio de las zanjas, hasta llegar a Pazaric, un lugar en el que los soldados no tenían alcance. Colectivo de por medio se fueron a Croacia y eventualmente arribaron a Bolonia, Italia. El entrenador de esa selección iba a ser el legendario Mirza Delibasic, pero finalmente terminó haciéndose cargo Ibrahim Krehic y el exjugador fue más un tutor que los acompañó y cuidó durante todo el torneo. Él fue quien los recibió con cálidos abrazos en Alemania, ocupando un rol más paternalista que directivo.

A esos siete jugadores se sumaron tres que jugaban en el exterior. Dos estaban en equipos de Alemania y uno en un conjunto de Israel. Obviamente, eran el plantel más corto del campeonato, pero eso no les impidió dar la sorpresa y lograr finalizar con creces un torneo que parecía imposible de disputarse cuando un tiempo atrás decidieron dejar Bosnia en medio de una dura guerra. 

Se llevaron triunfos frente a Letonia y Suecia, pero en los cuartos de final cayeron ante Croacia. Un detalle, en ese enfrentamiento Mario Primorac decidió no jugar el partido porque tenía miedo a que le hagan daño a su familia, que en ese entonces estaba refugiada en Croacia. 

Samir Avdic, Senad Begovic, Adis Beciragic, Sabahudin Bilalovic, Gordan Firic, Emir Halimic, Ilija Masnic, Emir Mutapcic, Mario Primorac y Samir Seleskovic fueron los diez integrantes de un plantel que culminó el torneo en la octava posición, luchando contra tanques, rifles y balas para representar a su país. Fueron héroes sin armas que en vez de pelear jugaron para que se termine el calvario. Eran soldados sin cascos, mártires utópicos de lo imposible. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

Compartir