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Peñarol de Mar del Plata es uno de los clubes más ganadores en la historia de la Liga Nacional y por eso por sus planteles han pasado innumerable cantidad de jugadores destacados. En 33 temporadas en la competencia se quedó cinco veces con el título (solo superado por Atenas, con 9), y por eso fue difícil armar su quinteto histórico, pero acá va. 

En la base tuvo muchos buenos representantes, desde Richotti a Tato Rodríguez, pasando por el Chueco Haile, pero nos quedamos con Facundo Campazzo, máximo exponente en el puesto en la etapa más gloriosa del club, desde 2009 a 2014, en donde consiguió 4 anillos en cinco años. Facu fue MVP de dos de esas finales, y se ganó la mención.

Escoltas tambiñen hubo muchos buenos, pero por el mismo motivo, que se repetirá con el resto de los elegidos, nos quedamos con Kyle LaMonte, un crack y, sobre todo, un ganador absoluto para cuando había que ir por los títulos. Apartado especial para Selem Safar, gran responsable también de la etapa campeonísima de Peñarol. Otros grandes en el puesto: David Jackson, Carlos Romano, Ariel Bernardini, Fernando Rodríguez y Pichi Campana, que solo estuvo un año.

Aleros sobran: Josh Pittman, Juan Manuel Locatelli, Esteban Pérez, Esteban De la Fuente, pero nos quedamos con Marcos Mata, indiscutido en el primer tricampeón de la historia y símbolo local en base a su compromiso con el club desde su surgimiento. 

¿Hay que decir quién se lleva el puesto como ala pivote? El más ganador de la historia: Leonardo Martín Gutiérrez. Cuatro títulos con Peña sobre 10 en su casillero total, hicieron de Leo el ídolo máximo de Peñarol en su historia cuando, hasta su llegada en 2009, era su mayor enemigo. Jerome Mincy, Joe Bunn y Sam Ivy, otros grandes jugadores que tuvo el club en el puesto.

Como pivote tampoco hay grandes discusiones. Martín Leiva es el hombre que sin pedir nada siempre dio todo en un equipo que necesitaba justamente un pivote así: dominador desde lo defensivo, líder, vocal y siempre entregándose al ciento por ciento. Diego Maggi quedó cerca y fue clave en el primer título del club en 1994.