Bahía Basket está generando una revolución en su ciudad y en el país entero. Ayer escribieron otra página dorada para el básquet argentino, al derrotar a Fuerza Regia e ingresar a la gran final de la Liga de las Américas, en donde enfrentarán al local Guaros. Es un equipo plagado de jóvenes promesas, pero también hay jugadores grandes y con mucha experiencia, como es el caso de Hernán Jasen, quien habló con Básquet Plus en la previa al partido tan esperado.
- ¿Cómo estás viviendo este momento con tanta carga emotiva, como es estar en una final?
- Lo estoy viviendo de una manera muy intensa. Estoy muy feliz y orgulloso de todo lo que estamos haciendo como equipo y de las situaciones en las que nos encontramos: ante adversidades, ante equipos grandísimos como lo fue Fuerza Regia, que venía invicto en la Liga de las Américas. Es muy emocionante, estamos muy contentos y orgullosos de todo lo que está trabajando este grupo de gente para seguir dando pasos adelante y continuar con un sueño que realmente no estaba en la cabeza de nadie, ni el más optimista.
- Ante toda la revolución que están generando, ¿cómo poner los pies sobre la tierra, aislarse y saber que falta un paso más?
- Hay que tratar de poner un poquito de calma. Cuesta, obviamente que cuesta, pero ayer mismo después del partido nos comprometimos todos a seguir estando focalizados y unidos, a tratar de aislarnos un poco de todo lo que se puede generar. Sabemos que en Bahía hay mucha gente que está revolucionada con todo lo que estamos haciendo, pero no tenemos que perder la cabeza, todavía no ganamos nada. Queda un partido, queda la final y tenemos que pensar que es el día de poder consagrarnos campeones. Creo que los chicos lo tienen muy bien entendido y lo que tratamos de hacer todos es eso, que sigan teniendo los pies sobre la tierra, aislarse y pensar solamente en un partido más que nos va a dar lo posibilidad de conseguir algo histórico.
- ¿Qué significa estar en este momento para vos en lo personal? Estás jugando tu segunda final continental en un mismo año y sabiendo que hace no mucho eso era algo totalmente impensado, casi un sueño...
- Ni de casualidad pensaba en la posibilidad de jugar dos finales continentales en un año. Tengo que, en primer lugar, agradecerle al equipo, que también se los dije en su momento. Yo llegué en una situación bastante mala a este cuadrangular, en el sentido de que estuve con anginas y después con un esguince de tobillo, por el que no participé mucho en el de Puerto Rico. Ver lo que hicieron los chicos en todos esos partidos que jugamos, sobre todo en Puerto Rico, donde sacamos adelante ante grandes equipos como San Lorenzo, Hebraica o Leones, me dio la oportunidad de poder jugar otro más. Así que estoy muy agradecido con esta oportunidad que tengo, porque la puedo vivir, disfrutar y es algo que no lo pensaba ni loco. Yo hace tres años, casi cuatro, estaba casi retirado del básquet, que no sabía si iba a seguir jugando y me ha dado la oportunidad el deporte de jugar estas dos finales. Nunca en mi cabeza se me cruzó que me iba a suceder, así que para mí es un regalo que me da el básquet. Me esforcé mucho también para tratar de seguir a la par de los chicos y lo estoy disfrutando un montón a esta altura de mi carrera.
- Facu Corvalán dijo antes de viajar a este F4 que ve en el equipo entero una especie de convicción o confianza que los hace creer que esta vez no se les puede escapar. ¿Te pasa lo mismo? ¿Ves esa fortaleza que te hace creer que ahora puede ser ese gran momento?
- Si, se ve esa convicción, eso que se cree. No es confianza, sabemos que si no jugamos al 120 por ciento no tenemos ninguna chance, porque individualmente no somos más que ningún equipo de los que están jugando este torneo y que la fuerza la hace el equipo en sí. En todo lo que hacemos juntos, sacrificándonos por el compañero y poniendo primero el interés del grupo sobre el individual. Está esa convicción de que haciendo bien nuestro trabajo, exigiéndonos y jugando a la intensidad en la que lo estamos haciendo, nosotros vamos a tener opciones de poder quedarnos con el título. Eso es lo bueno, no hay ningún jugador que crea que está por encima del equipo y para mí esa es la clave primordial para poder conseguir lo que estamos haciendo. Obviamente que es difícil, porque un una situación así después de una euforia tan grande por haber llegado a una final, a veces uno ya empieza a disfrutarlo. Pero lo que tratamos de decir los más experimentados, el cuerpo técnico y los propios chicos que lo entienden es eso: todavía falta el paso más importante para dar, nos queda uno, el mejor de todos. Vamos a jugar otra final y estamos preparadísimos para afrontarlo de la mejor manera. Creo que la convicción, la confianza y el creer en el grupo está. Tenemos que tratar de hacer lo mismo que venimos haciendo a lo largo de la temporada.
- Me parece que, independientemente de que puedan ser campeones, la realidad es que ya está demostrado que serán uno de esos equipos que quedará en el recuerdo por la revolución generada estos últimos dos años. ¿Cuándo sentiste que este Bahía podía lograr grandes cosas como las que está consiguiendo ahora?
- Si tengo que poner un momento en el que el equipo demostró sobre todo ese carácter competitivo y ganador que tiene, o esa mística de competir en los partidos importantes, elijo en de la temporada pasada, que jugamos contra Argentino de Junín allá en el cuarto juego de playoffs, que lo terminamos ganando con un doble de Lucio. Hasta ese momento el equipo jugaba bien, estábamos haciendo el juego que queríamos, pero teníamos una parada muy brava: jugábamos en Junín y al borde de la eliminación que hubiera terminado con nuestra temporada. Sin embargo dimos esa muestra de carácter, como que ahí estábamos aunque el plantel era muy joven. Pero jugaron como grandes, como hombres en ese partido. A partir de ahí empezamos a creer más en nuestro carácter, en querer seguir compitiendo cada día un poco más y no ponernos límites. Me parece que ese partido marcó mucho a la personalidad de los más chicos. En toda esta temporada que venimos jugando, lo estamos repitiendo. Siempre con el juego que nos caracteriza, pero también con esa cuota de valentía y rebeldía que nos hacen un equipo a veces peligroso. Pero hay algo que este plantel siempre tuvo y que lo mantiene hasta hoy, que es la humildad. Los jugadores nunca nos creemos más que nadie, sabemos que tenemos que esforzarnos muchísimo y cambiar nuestras deficiencias que capaz tenemos en cuanto a la experiencia y hasta técnicamente hablando, porque no hay que olvidarse que mucho de los chicos están aprendiendo a jugar en el juego colectivo. Pero todas estas debilidades las ocultamos bien y nos fortalecemos en la intensidad y energía que le ponemos al partido.
- ¿Cómo definís lo que está transmitiendo Bahía a través de estos años? Con Pepe Sánchez a la cabeza, Sepo recibiéndose más como gran entrenador, un grupo de pibes que no le tienen miedo a nada y la experiencia de ustedes los más grandes, que es fundamental. Todo parte de un proyecto que hoy todos parecen querer imitar.
- Es para aplaudir lo que ha hecho Pepe en cuanto a la identidad que tiene el club, la institución hoy por hoy en cuanto a los valores que transmite. Sobre todo viendo a los más jóvenes, que aparte de darles todas las herramientas para que sigan mejorando en el básquet, con sus conocimientos y experiencias que son muy valiosas, también les enseña que no solamente es básquet, que también hay estudio y hay cosas por fuera de una cancha. Los valores humanos que transmite son re importantes para los chicos, los está formando no solamente como mejores jugadores sino también personas, que es lo importante. El trabajo de Sepo Ginóbili, del Puma Montecchia, Mauro Polla y toda la gente que está detrás: preparadores físicos, fisioterapeutas, kinesiólogos. Todo el trabajo que están haciendo todos es espectacular. Obviamente que lo de Sepo y el cuerpo técnico se nota mucho más porque están los resultados ahí. Ha sabido manejar al grupo de una manera excelente y nos ha llevado a superar nuestros límites, exigirnos y querés cada día más. Hemos mejorado muchísimo también lo que es el juego en equipo. El trabajo de los más veteranos, ya sea Jamaal Levy, Anthony Johnson o yo, es dejar a los chicos que jueguen tranquilos, permitirles que se equivoquen, que sigan animándose a tomar decisiones porque eso los hace mejores jugadores. Todo el trabajo que se hecho espectacular y el de los chicos también, porque han aprendido todo lo que uno le quería explicar desde los distintos ámbitos de la institución y lo está llevando a cabo a la perfección. Nos queda la gran final, va a ser durísima: jugamos contra el equipo local, contra el candidato para todos como es Guaros. Es una parada difícil que tenemos que afrontar otra vez, pero estamos preparados para salir a dar todos y confiados en nuestras posibilidades. Dejaremos todo para llevar el título a la Argentina.
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