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Entrevistas

Cristian Santander y sus 25 años en selecciones nacionales: “Logré adaptarme a la necesidad del momento”

15:24 30/12/2024 | El mellizo está desde el 2000 en procesos de los seleccionados argentinos y chilenos, alternando en ambos. Hablamos con él y repasamos su carrera.

Cristian Santander, 25 años dirigiendo selecciones nacionales

Perdurar muchos años en un cargo es una tarea bastante complicada. En el caso de los entrenadores de básquet, son muy pocos los casos de los que se mantienen por un largo período, es uno de los más expuestos y más propensos a ser cambiados cuando el equipo no obtiene los resultados esperados. Casos como en la NBA de Gregg Popovich y Erik Spoelstra, son extraordinarios. También se podrían citar algunos ejemplos en el mundo FIBA, aunque no hay tantos ni es tan habitual.

Cristian Santander es un caso particular. El mellizo, hermano de Silvio, lleva 25 años dirigiendo en selecciones nacionales. El bonaerense comenzó a trabajar en 2000 formando parte del cuerpo técnico del equipo argentino en mujeres y allí estuvo hasta 2006. Trabajó en mayores y en formativas. Desde 2006 y durante más de una década alternó entre Argentina y Chile, pero siempre en la rama femenina.

En 2019 fue contratado por la Federación Chilena para trabajar con los varones, tanto en mayores como en menores. Estuvo en funciones hasta 2022. Durante 2023 fue el único año desde el 2000 que no trabajó con selecciones nacionales y regresó en 2024 para estar al frente de la mayor femenina del país trasandino.

Aprovechamos la ocasión para hablar con Cristian, repasar su carrera, sus experiencias, las diferencias entre dirigir a un club y a una selección y algunas cosas más.

- Llega el 2025 y se cumplen 25 años de manera ininterrumpida que estás en selecciones nacionales entre Argentina y Chile. ¿Cuáles son las sensaciones?
.Este 2025 cumplo 25 años de trabajar en selecciones nacionales, con excepción del 2023. Se volvió, prácticamente, un estilo de vida estar trabajando al frente de selecciones, algunos años como asistente, otros, la gran mayoría, como entrenador principal. Nunca hubiese pensado que en mi carrera se me hubiese presentado la posibilidad de trabajar tantos años y en distintos procesos como es haber trabajado en damas y varones, en mayores y menores. Miro hacia atrás y veo que es mucho el camino recorrido y me genera orgullo mantener todavía esa vigencia.

- Hoy si te sentas y analizas, ¿cuáles son las conclusiones de estos 25 años?
.El aprendizaje, el haber estado compartiendo con profesionales de altísimo nivel me ha hecho, sin dudas, un mejor entrenador. Al mismo tiempo las relaciones humanas, las amistades que he generado a lo largo de tantos años con muchos entrenadores o miembros de cuerpos técnicos que hoy después de tantos años me mantiene una relación con ellos con las que puedo seguir compartiendo esta pasión del básquet. Creo que son esas dos cosas las que me ha dejado como conclusiones. Aprender mucho, relacionarme y también al mismo tiempo, conocer al más alto nivel mundial y poder ver cómo se juega, cómo se entrena y cómo se preparan las mejores selecciones del mundo.

-¿Te definís más como un entrenador de selección y no tanto de clubes?
.Me defino como un entrenador que debe estar preparado para lo que la situación amerita. Por momentos ser seleccionador, por otros momentos ser el entrenador del club y en algunos momentos combinar ambas cosas para tener el día a día que tiene un club, la preparación de partidos y estar un poco más actualizado con dirigir, prepararse y aplicas las nuevas reglas que FIBA va actualizando. Me considero un entrenador que ha logrado adaptarse a la necesidad del momento. Me gusta mucho lo de ser seleccionado, he aprendido mucho, de alguna forma, de ese oficio. Una de las formas que hay de desarrollarlo es tener la oportunidad y vivenciar el hecho de ser seleccionador. No hay un curso para ser seleccionador. La experiencia, primero como asistente y después si se tiene la oportunidad de ser entrenador principal, te va formando un poco en ese aspecto.

- Hoy por hoy, ¿elegís dirigir una selección en vez de un club?
.Hoy pienso que lo mejor es tener la dualidad de funciones. El seleccionador tiene pocos torneos en el año y dirige muy pocos partidos. Hay detrás de eso un trabajo de seguimiento de jugadoras, de ligas, de futuros rivales, hay mucho trabajo pero el día a día, entrenar y jugar partidos, son pocos y eso te lo puede dar un club. Si uno trabaja en un club, en una competencia de 6 u 8 meses o algo más, llega con un ritmo bueno al torneo de selecciones. Por eso hoy creo que la compatibilidad de funciones es lo mejor.

-¿Cuáles son las principales diferencias que encontras entre uno y otro?
.Las principales diferencias son que uno puede armar su sistema de trabajo en la selección con un poco más de facilidad dado que puede elegir características de jugadores. En un club muchas veces no es tan fácil elegir entonces hay que armar la filosofía o el sistema de trabajo en función del personal que uno tiene. Esa creo que es una diferencia sustancial. Después es el tiempo de trabajo, mientras una selección anualmente no convive más de 60 días, en un club se puede estar, por lo menos, 300 días, entonces la suma de trabajo que da un club es muy distinta a la selección. Creo que son las dos grandes diferencias que encuentro entre un mundo y el otro.

- Dirigiste varones y mujeres, mayores y formativas, entrenador principal y asistente. ¿Qué cosas te atraen de cada uno y qué diferencias encontras, a grandes rasgos?
.Haber trabajado en masculino y femenino, mayores y formativas, de entrenador principal y de asistente, en los dos países, más que atraer algo me dio la tranquilidad y la seguridad de que me volvía un entrenador más completo, que podía adaptarse a las distintas situaciones. Cada una de las selecciones en las que he trabajado me hacían enfocarme 100% en eso. Si eran formativas, a tratar de aprender y sacar cosas de cómo se entrenaba en series formativas a nivel selecciones en distintas partes del mundo. Lo mismo cuando eran mayores, lo mismo cuando tuve que asumir en la selección masculina de mayores de Chile, en la cual tuve que seguir otras ligas que no venía siguiendo. En cada una de las etapas que me ha tocado, era eso, buscar cómo estar a la altura y cómo perfeccionarme en ese mundo de selección que con el paso del tiempo se vuelve un poco más simple para enfocarse en lo que realmente es más útil para la tarea. Más allá de atraerme algo, era como una tranquilidad de poder estar bien enfocado en eso y hacer la mejor tarea posible.

-El hecho de que Argentina y Chile sea un clásico y haya cierta rivalidad, en el buen sentido, ¿sentiste algo personalmente o te hicieron sentir algo cuando fue tu primera experiencia en Chile?
.No podemos evitar que Argentina y Chile dejen de enfrentarse por una situación geográfica. En muchas ocasiones me tocó compartir grupo de un Sudamericano o estar en la misma zona de las Ventana FIBA, pero siempre con la responsabilidad y con el compromiso que eso lleva, el profesionalismo de saber que cuando no estoy representando a mi país, lo hago en otro país, en este caso Chile, lo que más me importó en ese momento era darle lo mejor y tratar de conseguir el mejor resultado siempre por la Federación y por el país que contrataba mis servicios. Eso es algo que lo supe diferenciar en su momento, después se me volvió más fácil. Siempre tuve buena recepción de la gente de Chile entendiendo la situación, ellos en varios deportes llevan entrenadores argentinos y saben que siempre va a estar el lado profesional por delante y que sabemos separar las cosas.

-¿Cómo ves el básquet sudamericano? Varones, mujeres, mayores y formativas.
.El básquet sudamericano con el paso de los años mantiene un determinado nivel pero hoy nos encontramos con un avance considerable en la última década del básquet africano y el básquet asiático y eso nos ha hecho no estar en todos los mundiales con presencia sudamericana de series menores e incluso de mayores. Cada vez es más difícil, cada vez es más competitivo el básquet en el mundo. El atletisismo y los biotipos que tienen los centroamericanos, africanos y asiáticos los vuelve cada vez más poderosos sumados a los ya tradicional: Estados Unidos, Canadá, Australia y toda Europa o gran parte de Europa. Me gustaría que haya más torneos de selecciones en América, en U19 o U21 para que se puedan seguir desarrollando las y los jugadores jóvenes. Sudamérica mantiene un determinado nivel y los demás han crecido mucho, es algo que no podemos negar.

 

Federico Radulovich / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @FRadulovich

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