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Hernán Montenegro fue un jugador que se encargó de abrir fronteras para las promesas argentinas que luego terminaron consiguiendo el oro olímpico. El Loco tuvo una experiencia en la NBA con Philadelphia treas ser elegido en el draft, jugó en Italia durante un par de años y tuvo como rival a Joseph Washington Bryant. 

Joe, como lo conocían todos, se volvió muy famoso luego por ser el padre de uno de los mejores jugadores de la historia: Kobe. Mucho antes de ser “el padre de”, fue un interno que jugó durante 8 temporadas en la NBA, entre Philadelphia, LA Clippers y Houston. A mediados de la década del 80 se fue a Italia y fue figura, destacándose en las dos máximas categorías de ese país.

Joe y Hernán forjaron una buena relación. Si bien no fueron compañeros de equipo, tuvieron grandes duelos en la zona pintada. En ese vínculo se desarrolló Kobe, el hijo del norteamericano. Fue tan fuerte la comunión entre ellos que incluso el bahiense lo despidió con unas sentidas palabras en su cuenta de Facebook cuando la leyenda de los Lakers falleció tras un accidente en helicóptero en enero del 2020.

Montenegro estuvo como invitado en el programa ESPN FC Show y recordó sus vivencias con Kobe. El Loco contó cómo nació la relación con los Bryant: “En Europa, los partidos de entrenamiento se realizan entre semana. Por lo general los hacíamos los miércoles contra el equipo de Joe Bryant. Kobe era chico, jugaba con unos aros de plástico y molestaba a los que jugábamos. Teníamos que cuidarnos de no pisarlo en la cancha”.

Luego agregó detalles: “Kobe no jugaba muy bien al fútbol pero le encantaba patear la pelota. Yo le recomendaba al padre que definiera el deporte que iba a practicar su hijo. También le explicaba a Kobe, a pesar de que era niño, que a los jugadores muy altos no los querían en ese deporte. Pasaron los años, Kobe fue creciendo y como a mí me gustaba el futbol, venía y me decía que quería jugar como yo, entonces practicábamos los dos. Cada vez que me veía, hacé de cuenta que veía a Maradona. A él le gustaba el fútbol, y como yo era argentino, yo era el fútbol para él”.

Para cerrar, dijo: “Yo cuento con gracia todo esto, pero con su partida a mí se me fue un hijo en un punto, yo lo viví desde ese lugar. Ese era un chico deportista, un amor y muy inteligente desde niño”.