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Kobe Bryant, una de las figuras más icónicas en la historia de los Lakers, estuvo cerca de cambiar el púrpura y dorado por el naranja y azul de los Knicks, según reveló el exinsider de la NBA Adrian Wojnarowski en el podcast 7 PM in Brooklyn. “Es gracioso, Kobe estaba convencido de que iba a terminar en los Knicks. Me decía: ‘Van a rescindir mi contrato, nadie me reclamará y me voy a firmar con los Knicks’”, contó Woj. Pero la realidad era distinta. “Yo le decía: ‘No van a dejarte libre, quemarían la ciudad’. Pero él amaba a los Lakers, aunque siempre fantaseaba con el Garden y con jugar aquí”, añadió.

El amor de Kobe por el Madison Square Garden no era secreto, y su admiración por Carmelo Anthony hacía la idea aún más atractiva. “Él defendía a Melo a muerte”, recordó Wojnarowski. Esa conexión entre Bryant y Anthony alimentó los rumores sobre un potencial dúo explosivo en Nueva York. En 2013, tras una dura eliminación en primera ronda y la desgarradora lesión de su tendón de Aquiles, Kobe llegó a creer que su ciclo con los Lakers podría terminar.

La posibilidad de jugar para los Knicks parecía más real que nunca. En ese momento, Mark Cuban, dueño de los Mavericks, sugirió públicamente que los Lakers debían rescindir el contrato de Bryant para iniciar una reconstrucción. “En su punto más bajo, Kobe pensó que terminaría en los Knicks para el tramo final de su carrera”, detalló Woj. Para Bryant, ser parte de esa franquicia legendaria y jugar en el escenario más famoso del mundo era un sueño: “Jugar para sus fans en el Madison Square Garden era el sueño máximo para Kobe”, aseguró.

Sin embargo, los Lakers decidieron mantener a su estrella, aunque eso significara años sin ser competitivos. La fidelidad de Bryant a Los Ángeles consolidó su legado como el mejor Laker de la historia, un jugador que ganó cinco campeonatos y fue 18 veces All-Star. Pero si hubo un equipo que alguna vez llamó su atención más allá del púrpura y dorado, fueron los Knicks. “El hombre fue un Laker de por vida, pero si había otro lugar en el que le habría gustado jugar, era Nueva York”, concluyó Woj. Una historia que deja entrever que incluso los más grandes soñaron con algo diferente.