NCAA 2019/20

Farabello: "En TCU entendí que hay que darle dedicación a lo que hacés"

16:20 10/03/2020 | Francisco Farabello está viviendo su primer año de experiencia en la NCAA jugando para TCU. El trasfondo de su día a día en la universidad.

En el segundo tramo Farabello está subiendo sus prestaciones (Foto: @FFarabello)

Francisco Farabello está cansado, tiene ojeras y le cuesta mantenerse despierto. Viene de una ardua gira y le espera el último tramo de temporada en TCU, la universidad a la que llegó esta campaña tras una etapa en la Academia de la NBA en Australia. Nómade desde pequeño, el base acepta la situación y confiesa que no extraña lugares, más bien familia y amigos. 

Comenta que le costó adaptarse, organizarse y convertirse en un estudiante de nuevo. Los momentos se acortan y la vida se acelera, mientras va aprendiendo a desempeñarse de la mejor manera en la cancha y fuera de ella. "Hay un tiempo para todo", analiza tras algunos meses en Estados Unidos. 

Francisco tiene 19 años, pero asombra su madurez. Las cosas para él están claras y sobre la mesa. Conoce sus cartas y contesta con exactitud y decisión cada pregunta. El proceso fue difícil, pero actualmente está asentado y así lo demuestra en esta entrevista con Básquet Plus. 

-¿Cómo se dio tu llegada a TCU y cuándo llegó la oferta para que te unas a ellos? 

. Yo estaba en la Academia de la NBA en Australia y uno de los objetivos de la institución es mostrarte ante las universidades para que tengas la oportunidad de recibir ofertas y distintas becas. Viajamos varias veces a Estados Unidos a jugar algunos torneos. Hay certámenes que están hechos para que los entrenadores de ese país te vean jugar. A partir de ese momento fui recibiendo ofertas de diferentes colegios y después llegué a la conclusión de que iría a TCU o a Cincinnati. Luego, fui a visitar las dos escuelas. Primero fui a Cincinnati y la verdad que es un lugar increíble, pero después fui a TCU y no lo dudé ni un segundo, dije sí directamente. Me gustó mucho la idea de cómo juegan y el entrenador. No fue una decisión difícil entre las dos universidades. 

-Dicen que esas visitas universitarias son un show, que te regalan de todo y que te malcrían mucho, ¿es verdad eso? 

. En Cincinnati, por ejemplo, te llevan al hotel, dejás las valijas y empezás a visitar todo lo que es la Universidad. El comedor, la cancha de básquet, los lugares donde entrenamos y el gimnasio. También tenés reuniones con distintos representantes de la parte académica y con maestras particulares, entre otras cosas. Ellos te muestran cómo va a ser tu vida una vez que vayas a su colegio. Lo mismo pasó en TCU. La verdad es que es increíble todo lo que tengo a disposición para mí. Y eso me di cuenta en las visitas: vaya al lugar que vaya, la atención y el cuidado que iba a tener sería completamente distinto al que estaba acostumbrado. 

-¿Quién te ayudo a tomar la decisión, la tomaste por vos mismo o te ayudaron tus papás? 

. Mis dos padres vinieron conmigo. Mi papá (Daniel Farabello) me dijo: "Nosotros vinimos a acompañarte nada más y mientras vos seas feliz y sientas que es el lugar indicado dale para adelante". Al llegar a TCU me enamoré del lugar. Después de una reunión con los entrenadores les dije a ellos que me encantó y que iba a confirmar que firmaba con la universidad. Me habré tomado diez o 15 minutos para pensarlo, pero no había mucho que pensar. Estaba seguro que quería quedarme ahí. 

-¿Qué fue lo más duro que tuviste que afrontar al llegar a la universidad? 

. Adaptarme a la vida de un deportista que también es estudiante. Estamos jugando al básquet y somos atletas de alto rendimiento, pero al mismo tiempo también tenemos que seguir cumpliendo con los deberes y responsabilidades dentro de la clase. Nosotros tenemos que mantener ciertos promedios y notas para jugar, y no poseemos tanto tiempo libre para estudiar como tienen los demás estudiantes. Fue muy difícil organizarme y dividir todo, siguiendo un itinerario estricto para tener las cosas bajo control. Con respecto a la cancha de básquet lo que más me costó fue el tema atlético. Acá corren y explotan todo el tiempo, es notable el nivel de atletismo que hay. Especialmente en la conferencia que estamos nosotros (Big 12) que es una de las más fuertes. También fue duro el tema de la defensa, que me sigue costando, pero no tanto como antes. Básicamente, tratar de estar enfrente a la pelota y hacer lo posible para que no me pasen. Eso es cuestión de tiempo y de entrenamiento en el gimnasio para continuar mejorando. 

-Hay dos cosas que caracterizan a la NCAA: las múltiples jugadas en ataque y las reglas defensivas. ¿Pudiste amoldarte rápido a esa cuestión? 

. Es todo un tema de adaptación y de tratar de aprender lo más rápido posible. Al tener un reloj de posesión de 30 segundos (seis segundos más que en todas las ligas profesionales del mundo) podemos tener varias jugadas en una misma posesión. Hay rebotes ofensivos, acciones de salida y de segundas opciones. Es bastante bravo no voy a mentir. 

-¿Cómo es la vida en la ruta, los viajes y los múltiples destinos? 

. De todo lo que pasa en los viajes hay una cosa que me parece inverosímil: viajamos en avión privado. Entrenamos, salimos, nos bañamos, nos subimos al colectivo, comemos, llegamos al aeropuerto, hacemos 15 pasos y ya estamos en el avión. Después aterrizamos, vamos al hotel sin siquiera hacer el check in, comemos y ya nos vamos a la pieza. Ese día de escuela no lo perdemos. Jugamos el día del partido y después volvemos a la universidad. Lo que sí a veces es complicado es cuando te tocan dos enfrentamientos seguidos de visitante. Por ejemplo, este año tuvimos un encuentro que era en West Virginia (2:50 horas de vuelo). Habíamos llegado a TCU a las cinco de la mañana y a las ocho teníamos clases. Vos estás esperando que te digan "chicos no vayan hoy a clases" y no pasa nunca eso (dice Francisco entre risas). Ahora que está llegando el final de la temporada hay lugares en los que no  dónde estoy. Un día estamos en Iowa y al otro en un destino distinto. Esta parte es la más complicada. 

-¿Fuera de la cancha qué es lo más enrevesado que te tocó vivir? ¿Extrañás algo de tu país? 

. Extraño a las personas más que a los lugares. Extraño a mi familia y a mis amigos, pero no más que eso. Este es mi tercer año viviendo solo y no siento esa necesidad de volverme. Ya se lo dije a mi papá al otro día. Si vuelvo es para verlos a ustedes y a mis amigos, y después ya regreso a TCU. Acá tengo todo lo que necesito. A cuatro minutos caminando está la cancha y el gimnasio. Eso es básicamente todo lo que preciso en este momento. 

-¿Cuáles son tus planes futuros y cómo es una pretemporada entrenando en Estados Unidos? 

. Algo que me di cuenta no hace mucho tiempo es que el único momento para mejorar individualmente es el verano, porque una vez que arrancás la temporada no parás el ciclo de partidos. Después de 20 días en Argentina, en los que voy a entrenar con mi papá, voy a regresar a Estados Unidos. Nunca me habían interesado mucho las prácticas de uno contra uno hasta que llegué acá. Todo lo que es pulir detalles lo puedo hacer en esa instancia. En junio arrancamos la pretemporada y mientras tanto también tenemos que hacer la escuela de verano para ir adelantando las clases en la universidad. Luego, en agosto, como el técnico principal no puede entrenar conmigo por ocho semanas por una ley de la NCAA, empezaré a practicar con los asistentes. 

-¿Qué enseñanzas que puedas aplicar en el básquet y en la vida te quedaron de tu primer año universitario? 

. Aprendí a organizarme y a entender que hay un tiempo para todo. También comprendí que hay que darle dedicación a todo lo que hacés. Si querés llegar lejos tenés que trabajar duro. No hay secretos ni vías rápidas. En TCU tengo el claro ejemplo de Desmond Bane, que es el único senior del equipo (jugador de cuarto año). Él está todo el día entrenando. Gracias a él me di cuenta que si quiero llegar a ese nivel tengo que practicar de la misma manera. El objetivo a largo plazo vendría a ser la NBA y él tiene una oportunidad muy grande de ser seleccionado este año en el Draft. Es toda una cuestión de sacrificio. 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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