FIBA cambia las transferencias de extranjeros a la NCAA y exigirá Cartas de Autorización
13:48 15/05/2025 | La fuga de talento joven al básquet colegial de EEUU llamó la atención de la casa madre del deporte, que endureció sus normas para el arribo de joyas internacionales.
La FIBA anunció una nueva regulación que afectará directamente el desembarco de jóvenes extranjeros en el básquet universitario de Estados Unidos. A partir de ahora, los jugadores menores de 23 años que quieran incorporarse a universidades de la NCAA necesitarán una Carta de Autorizació, tal como ocurre actualmente en las transferencias entre clubes bajo jurisdicción FIBA. Si bien esta medida aún no fue aprobada por la NCAA, marca un giro estratégico por parte de la entidad rectora del básquet mundial frente a una problemática cada vez más frecuente: la pérdida de talento sin compensación.
Hasta el momento, las transferencias desde clubes internacionales hacia la NCAA se realizaban sin intermediación ni requerimientos por parte de FIBA, lo que permitía que jugadores formados durante años en estructuras europeas o latinoamericanas migraran libremente al sistema universitario estadounidense. Esta situación contrastaba con las transferencias convencionales entre clubes FIBA, que requieren una Carta de Autorización emitida por la federación nacional correspondiente, y, en muchos casos, implican el pago de una indemnización por derechos de formación. FIBA busca ahora “tratar las transferencias de jugadores fuera de EEUU a universidades NCAA del mismo modo que los traspasos internacionales entre clubes”, según se detalla en su comunicado oficial del 15 de mayo.
En ese mismo documento, la Junta Central de FIBA argumentó que esta nueva exigencia apunta a tres objetivos: “ayudar a los jugadores a tomar decisiones bien informadas, aumentar la disponibilidad de jugadores de la NCAA para su selección nacional y proteger las inversiones de los clubes en el desarrollo de jugadores”. La medida es resultado del trabajo de un grupo de expertos creado en diciembre de 2024, enfocado en analizar el impacto de los movimientos hacia la NCAA en el ecosistema del baloncesto internacional.
El atractivo del sistema NIL (Name, Image and Likeness), que permite a los atletas universitarios monetizar su imagen, aceleró el éxodo de jóvenes talentos hacia Estados Unidos. Para FIBA, esta dinámica no solo vulnera el trabajo de las instituciones formadoras, sino que también debilita a las selecciones nacionales. “Queremos mantener un ecosistema sostenible”, subrayó el organismo. Al homologar las reglas de transferencia con las del ámbito profesional, FIBA busca recuperar cierto control y equilibrio en un escenario que, hasta ahora, funcionaba sin reglas claras para el traspaso de menores al básquet universitario estadounidense. Resta saber si la NCAA aceptará integrarse a este nuevo marco.
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