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"Buenos días señor Gilbert. Felicitaciones. Ganó el gran premio de 300.000 dólares. Felicitaciones. Wagih Calabasas", fue el mensaje que recibió el exjugador de Washington Wizards y la NBA cuando se despertó el miércoles pasado a las 7 de la mañana. Le habían escrito para avisarle que había ganado la lotería. ¿Suerte? ¿destino? ¿fortuna? Nadie lo sabe, pero lo que sí es cierto es que un encuentro previo en la noche de la apuesta fue todo lo que necesitó el norteamericano para llevarse el pozo. 

El hecho comenzó el martes pasado, cuando Arenas se estaba yendo a realizar la apuesta al mismo local de siempre. En medio del trayecto se dio cuenta de que no tenía suficiente nafta para llegar a destino y decidió parar en una estación de servicio para cargar combustible. Nada era fácil y su viaje estaba condicionado por el poco tiempo que le quedaba por hacer la apuesta antes de que cierre el lugar. 

Por si eso fuera poco, Gilbert apenas tenía 10 dólares porque se había olvidado su billetera. Pero esperen, la cosa no terminó ahí y, mientras se las arreglaba para hacer números, apareció un indigente y le preguntó si tenía algo de dinero. A pesar de que había separado cinco dólares para cargar nafta y cinco para apostar, Arenas le dijo al señor que iba a usar la mitad de la plata para el combustible y que el resto se la iba a dar a él. 

"No vas a llegar a ningún lado con cinco dólares, asi que quedate con los diez dólares, hacé la apuesta y, si ganás, me regalás 20 después", le dijo el indigente. "¿Estás seguro", respondió Gilbert. "Sí, estoy seguro de que vas a ganar", contestó inmediatamente el señor. 

Lamentablemente, todo el esfuerzo fue en vano (o al menos así pareció en ese momento), ya que el local estaba cerrando y Gilbert no pudo jugar. Amargado y enojado, Arenas volvió a su casa y se acostó a dormir. La mañana posterior a su frustrado intento por apostar el tirador recibió un mensaje del dueño, pero lo ignoró porque pensó que era una joda. Unas horas más tarde, el exjugador de los Wizards volvió al lugar y se encontró con la mejor de las noticias: el dueño había apostado por él los mismos números que siempre elegía. 

Luego de la noticia, Gilbert se fue a buscar a su positivo amigo que un día antes le había dicho que estaba seguro de que iba a ganar y le dio el regalo que habían acordado. Arenas nunca especificó la suma, pero sí aclaró en su cuenta privada de Instagram que se dieron un emotivo abrazo que duró aproximadamente cinco largos minutos. Un gran gesto, de esos que siempre resaltan a la persona. Porque detrás de todo atleta hay seres humanos y el deporte es mucho más que eso. Por suerte algunos lo entienden.

Ignacio Miranda/ [email protected]
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