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En la cultura japonesa, a diferencia de otros países, copiar no está mal visto. El arte de reproducir algo previamente hecho es habitual en ese lugar. Siempre partiendo de una serie de premisas. Detectar, desarrollar y, especialmente, mejorar lo realizado. Nunca se quedan con lo anterior y siempre intentan llevarlo al siguiente nivel.

En el mundo occidental esto también ocurre, pero, al tener una concepción errónea del tema, las aristas son negativas en la mayoría de los casos. También hay veces en las que la copia sale bien y mejor que lo previo. Uno de esos casos se dio en Estados Unidos, cuando Michael Jordan utilizó y patentó un gesto de su padre, James.

¿Cuál? Su famosa lengua afuera. Según comentó Michael en numerosas entrevistas, lo hizo de manera instintiva, ya que desde que era chico lo veía a James haciéndolo cuando necesitaba concentrarse en arduas tareas que lo demandaban, como cuando tenía que arreglar su auto o cualquier cosa de su casa. 

Por ende, Michael comenzó a hacer en lo mismo en el rectángulo de juego. Atacando el aro, mareando a un rival o tomando un lanzamiento en suspensión, su marca se registró para siempre y su gesto se puede ver en la NBA o en cualquier cancha del mundo. Todos quieren ser Jordan, todos quieren sacar la lengua.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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