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Manute Bol llegó a la NBA en 1985. Su gran problema era su escueta figura. Pesaba poco a pesar de su impresionante altura. En esa época no había innovadoras soluciones alimenticias, por lo que las franquicias debían recurrir a diferentes métodos para intentar que el pivote engorde unos cuantos kilos.  

Pero el equipo que se llevó el premio por probar herramientas poco convencionales para que aumente de peso fue Philadelphia Sixers. La anécdota la recordó su excompañero Jayson Williams en un podcast con Vice. “Solían dejar que Manute bebiera diariamente, así que él tomaba cervezas Heineken todo el día para subir kilos”, recordó quien fue su compañero desde 1990 hasta 1992.  

“Con frecuencia se ponía su ropa al final de las jornadas, así que hacía eso después de salir de la ducha. Y entonces eso fue todo. Él simplemente caminaba por el vestuario desnudo bebiendo Heinekens”, siguió Williams, quien en su carrera como jugador también tuvo muchos problemas por abusar del alcohol.  

En ese entonces, el pivote tenía 28 años, pero Jayson confesó que quizás esa no era su verdadera edad: “Creía que tenía 35 años por las cicatrices que tenía alrededor de su cabeza”. Desafortunadamente, el motivo era el racismo, ya que Williams una vez le preguntó por qué tenía esas marcas y Bol contestó: "El hombre blanco perdió mi certificado de nacimiento en la jungla, así que cada cinco años tomo una piedra y me corto la cabeza para llevar la cuenta de mi edad”. 

“Muy bien, luego comencé a mirarlo en el próximo partido y me dije a mí mismo que Manute Bol tenía en realidad 55 años", finalizó Williams, quien fue testigo fehaciente del pasado, presente y futuro de uno de los jugadores más altos en la historia de la NBA y el básquet mundial.