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Esta semana, San Lorenzo de Almagro movió el mercado y, luego de fichar a Ariel Amarillo como asistente, en la primera movida de Néstor García, ayer hizo dos contrataciones que hicieron ruido: el retorno de Ramón Clemente y el del inglés-iraní Aaron Geramipoor. 

Fue entonces que surgieron dudas, porque hace algunas semanas había trascendido que FIBA había colocado a San Lorenzo en la lista de equipos sancionados por el BAT (Tribunal Arbitrario de Baloncesto, en sus siglas en inglés), por deudas con exjugadores del club. 

En ese caso, la sanción tenía que ver con el juicio realizado por Eric Dawson, el jugador más caro de la historia de la Liga Nacional, ya que se llevó una indemnización de alrededor de 100.000 dólares sin pisar jamás la cancha con la camiseta azulgrana.

Pues bien, esta semana, la sanción a San Lorenzo del BAT, que le impedía fichar jugadores, tenía que ver otra vez con Dawson, cuya cuota vencía este miércoles. Se pagó ayer y por eso se levantó su inhabilitación para fichar, con lo cual Clemente y Geramipoor están habilitados desde ese lado. Faltan completar los transfers para que puedan estar mañana en la cancha, pero se calcula que no habrá problemas. 

Fuera de esto, hay otros dos temas en San Lorenzo en relación a lo económico. Uno es un juicio que el club lleva con el agente uruguayo Pata Pereyra por Mathías Calfani, pero que en principio va para largo. Y luego está el acuerdo realizado con Olímpico por la reserva de Justin Williams. 

Este caso es así: San Lorenzo debe pagarle a Williams el monto de la reserva, como parte de la deuda que Olímpico mantiene con el jugador. Ese dinero todavía no se le abonó a Williams, pero hay un plan de pagos para que se regularice esa situación, según dicen desde el club de Boedo. 

Más allá de esta cuestión, y para no ser injustos con San Lorenzo: hay una realidad hoy en la Liga Nacional y es que, salvo algunas excepciones la mayoría de los clubes de la A están con deudas, en algunos casos muy importantes. Estas dos últimas temporadas han sido durísimas y como los libre deuda se terminan pagando en base a una parte de los contratos de los jugadores, y no sobre el total REAL, se acumulan déficits que se van pagando durante la temporada, lo que lleva a ir atrás en la actual. Un círculo vicioso que no tiene solución en el corto plazo.