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Triple amenaza para picar, pasar o lanzar, adaptación a lo que da la defensa, explotación de espacios y armas ofensivas cada vez más desarrolladas lo convirtieron hace mucho en uno de los principales nombres a seguir del básquet argentino, luego de una temporada en los Nuggets en la que ocupó ese rol por tiempo reducido.

Sí, Facundo Campazzo. Dentro de toda esa parafernalia, y tras 104 partidos disputados en la 2020/21, su mayor fuerza es y será su habilidad como pasador. Denver no es la excepción y en la campaña anterior utilizó siempre su excelente visión para percibir información y engañar la intención, simplificando los movimientos para ganar tiempo y eficiencia, dos cosas que el básquet moderno busca en todo momento.

Las analíticas generalmente reflejan situaciones y acciones que avalan (o no) lo que percibe el ojo y en este caso, gracias a los datos de BBall Index, se puede evaluar y comparar la relevancia del cordobés como asistidor en los Nuggets y la NBA. ¿Qué se tomó en cuenta? Eficiencia, versatilidad, volumen, talento y calidad en los pases fueron las aristas elegidas y su calidad quedó demostrada en la mayoría de ellas.

Por ejemplo, donde mejor le fue en el volumen de la creación de pases, con un percentil de 86 (100 es el más alto y cero el más bajo) que lo ubica en la élite de la NBA, donde jugadores como Trae Young (99), Ricky Rubio (97) y Kyle Lowry (96) dominan cada noche.

Allí se analiza el volumen de acciones en las que un basquetbolista contribuye a sus compañeros a través de sus pases. En definitiva, la métrica se fija en las entregas que alguien da cada 75 posesiones y que conducen al tiro de un compañero.

También se posicionó muy bien en la eficiencia de los pases, que es una métrica que analiza la capacidad de los basquetbolistas para hacer jugadas con miras al uso eficiente de las posesiones (sin perder el balón) y el tiempo en el que tienen la pelota en sus manos, en relación con el valor que están agregando a través de sus entregas.

Los jugadores con más pases perdidos y los que retienen la pelota por más tiempo tienden a tener un mayor valor agregado de sus pases para tiros de sus compañeros, por lo que esta métrica se ajusta para identificar a los jugadores que realmente cuidan bien la pelota (y usan el tiempo de manera eficiente) para agregarle valor.

El percentil de Campazzo en ese apartado es de 85 y también vuelve a ser de los mejores de la NBA, en un esquema en el que lideran Kyle Lowry (97) y Ricky Rubio (95).

El mismo percentil (85) arroja Campazzo en el talento como generador, en una estadística que analiza la creación de juego de un basquetbolistas para sus compañeros de equipo a través de sus calificaciones en volumen de creación de pases, calidad de los mismos, versatilidad, eficiencia y su propia capacidad de anotación (que tiene un peso más pequeño).

Y, al igual que las otras facetas, está diseñada para ser lo más neutra posible con respecto al contexto, lo que permite que los valores capturen con mayor precisión el verdadero talento para crear jugadas y se traduzcan en estabilidad año tras año, incluso con quienes cambian de equipo.

El anteúltimo aspecto es la calidad en la creación de esos pases, y Campazzo decae un poco, llegando al percentil de 81 que, de igual manera, lo mantiene entre los más destacados en la materia. Trae Young y Stephen Curry, por ejemplo, arrojan un soberbio 100, mientras que Mike Conley y LaMelo Ball los acompañan con 97 y 96 respectivamente.

¿Qué se tiene en cuenta acá? Se analiza la capacidad de hacer jugadas a través de la calidad de las oportunidades de anotación que un basquetbolista crea para sus compañeros de equipo a través de sus pases.

Los creadores de juego de mayor calibre tienden a crear chances para los compañeros mucho más accesibles que el resto. Parte de eso proviene de la capacidad de anotación ofensiva, junto con la visión para ver al basquetbolista correcto al que pasársela y la precisión para ejecutar.

Los datos utilizados para calcular la calidad de creación de pases incluyen la ubicación de las entregas, así como las tasas de conversión de las asistencias potenciales (en otro hilo les vamos a contar qué son) para los jugadores en relación con las tasas de esos mismos asistidos por otros compañeros y el promedio de la liga en los diferentes tipos de oportunidades de anotación.

Finalmente, Facundo baja mucho en la versatilidad de sus pases. Lo más interesante de este aspecto es que se analiza la habilidad de creación de jugadas de un basquetbolista al cuantificar qué tan completo es su repertorio, a través de la observación de los datos de Synergy de los tipos de acciones de anotación, así como también con las cifras de SportRadar sobre la ubicación de las asistencias. Esto permite medir quién tiene el mayor rango en sus tipos de pases y cuándo uno es más completo.

Es decir, un jugador puede tener un rendimiento excelente dentro de su estilo de pases, pero no contar con el rango como creador de juego para hacer otros tipos de entregas (kicks-out en las penetraciones, entre otras acciones). Esta métrica identifica esa extensión de la versatilidad de la creación y recompensa a los jugadores que son más versátiles.

Facundo terminó la 2020/21 con un percentil de apenas 37, en el que Trae Young volvió a ganar en ese apartado, con un 97. Malcolm Brogdon y Donovan Mitchell acecharon con 93 cada uno.

Dentro de la mayoría de las variantes el cordobés se codeó con los mejores pasadores de la NBA y en una etapa de adaptación destacó por encima de la media desde su potencialidad como asistidor. ¿Logrará mantener el nivel en la 2021/22? ¿Lo superará? Falta cada vez menos para conocer la respuesta. Mientras, desde Argentina, él se acerca. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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