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Un 13 de junio del 2016 LeBron James y Kyrie Irving se proclamaban como una de las duplas más letales de la historia de la NBA logrando combinarse con 82 puntos (41 unidades cada uno) frente a Golden State Warriors.

Era el Juego 5 de las Finales de 2016 y el equipo de la Bahía estaba a un paso de lograr quedarse con el anillo ya que la serie estaba 3 a 1 en su favor, con los Cleveland Cavaliers al borde de la eliminación, James e Irving se lucieron como visitantes de manera increíble.

Nunca antes en la historia se había remontado un 3-1 y parecía muy difícil que los Cavaliers lo hagan ya que los de Steve Kerr eran implacables. Andrew Bogut se había lesionado y Draymond Green estaba suspendido. Fue entonces en que los principales referentes de Cleveland jugaron un partido soñado con los siguientes números:

James jugó 43 minutos, anotó 41 puntos, 16 rebotes y 7 asistencias. Tiró con un 16 de 30 en tiros de campo y 4 de 8 desde la línea de 3.

Irving también sumó 41 puntos a los que les sumó 6 asistencias y 3 rebotes. Tiró un gran 17 de 24 en tiros de campo (70,8 por ciento) y 5 de 7 desde el perímetro.

Ese partido que finalizó 112 a 97 en favor de los dirigidos por Ty Lue fue el puntapié inicial de  unas históricas Finales que terminarían 4-3 en favor de Cleveland Cavaliers que logró el primer anillo de toda su historia de la mano de una dupla infernal: James-Irving.