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El caso Kyrie Irving fue una de las novelas más comentadas de una controversial temporada en la NBA. Las restricciones por el Covid hicieron que, primero, no pudiera jugar en ningún partido de los Nets por no querer vacunarse y luego, solo en los partidos de local. Cada juego en el que no se vestía, era un dineral que se le iba por un agujero negro (unos 380.000 dólares por cada partido), pero Irving prefirió siempre mantener su convicción.

Para su suerte, y de los Nets, el estado de Nueva York decidió modificar la regla que impedía que Irving jugara de local y ahora podrá hacerlo libremente, quedando todavía incapacitado solo para jugar en Toronto, donde Canadá exige la vacuna. Pero ese partido ya se disputó, por lo que Kyrie podrá estar presente en los 8 encuentros que quedan, empezando por el de hoy, que será su debut de local en la 2021/22. Su último partido en el Barclay´s Arena fue el 7 de junio, por la final del Este, cuando le ganaron el segundo partido a Milwaukee. Esto es: 9 meses y 20 días. En ese interín, los Nets jugaron 35 partidos en casa, ganando 16 partidos y perdiendo 19. 

Más allá del perjuicio deportivo hacia su equipo, que difícilmente pueda zafar de jugar el play-in del Este, Kyrie terminó regalando 14 millones de dólares en salarios por los 35 partidos que no jugó de local (los de visitante no se le descuentan porque fue decisión de la franquicia), más los 2 en Toronto y el de los Knicks. Más los incentivos por estadísticas que no contarán por no dar la cantidad de partidos jugados. Es cierto que su sueldo es algo más del doble (34.9 millones), y que todavía le queda un año más en los Nets (opción de Kyrie, por 36.5 millones), pero igual es un monto que hay que tener coraje o ignorancia para cederlo. 

De todos modos, Irving, que rechazó una extensión de 181 millones por 4 años en el pasado receso, ahora podría aspirar a renovar por 235 millones por los próximos 5 años. En ese caso, la pérdida por esta decisión de no vacunarse, sería de apenas un 6% de sus futuros ingresos. En un mundo donde estas cifras son obscenas, resulta difícil analizar o calificar lo hecho por Irving. Cada uno, con su plata, hace lo que quiere, dice el refrán, pero la opulencia y el derroche nunca son buenos consejeros.