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Dominio. Si había una palabra que caracterizaba a Michael Jordan era un completo y total dominio del juego, de sus compañeros y de sus oponentes. Desde que aprendió a transformar su cuerpo para soportar los golpes de los Bad Boys de los Pistons, hasta que entendió cómo y cuándo producir para ganar, el 23 siempre estuvo un par de pasos por delante del resto y en su prime nadie pudo hacerle frente.

Defensa, puntos, generación y respuestas en el clutch, su juego no tenía muchos grises. Pero, ¿verdaderamente hubo algún punto débil en la carrera de Michael Jordan? Su tiro de tres puntos quizás genere una respuesta.

Las razones del estudio se deben a la poca frecuencia con la que se tomaban los triples en las temporadas en las que el escolta militó. Por ejemplo, en sus primeras cinco campañas no llegó a promediar ni siquiera 30% o más en tiros de tres, a la vez que nunca intentó más de 1.2 lanzamientos por juego en esas presencias.

Además, solo en cinco temporadas promedió 35% o más en tiros de tres, siempre destacándose en los lanzamientos tras el dribling y teniendo al tiro de media distancia como factor predominante, tanto de frente como de espaldas al aro.

Obviamente, el nivel de la NBA iba por esa línea y teniendo como prueba tres temporadas intermitentes en las que jugó el de los Bulls y los Wizards (la 1984/85, la 1989/90 y la 1997/98), en ninguna el porcentaje medio de la competencia en triples llegó al 35%, con promedios de 28.2%, 33.1% y 34.6% respectivamente.

La falta de frecuencia con la que se tomaban triples en su época es un atenuante y si algo demostró Jordan es que cuando buscó lanzar con más frecuencia ese punto débil pudo derribarse, como cuando promedió 42.7% en la temporada 1995/96, anotando 1.4 de sus 3.2 intentos.

Lo mismo ocurrió en la 1996/97, en la que Jordan sostuvo un más que correcto 37.4%, lanzando con frecuencia (3.6) y anotando con eficiencia (1.4). 

También hay que agregar que desde 1994 hasta 1997 la línea de tres se acortó a 6.70 metros, algo que puede explicar (como no) esa mejora.

¿Hubieran cambiado esos números si Jordan jugase en la actualidad? Seguramente. Los grandes son así y poseen la capacidad de adaptarse a cualquier tiempo y lugar. Michael sería siempre Michael y el tiro de tres crecería como las ramas de un arbol.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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