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La carta que Michael Jordan nunca le pudo escribir a su padre

17:00 17/02/2021 | El texto que el 23 jamás redactó, que no llegó. En el día de su cumpleaños, una conversación al unísono con James, su maestro, su ídolo.

Jordan y su padre (Foto: NBA)

17 de febrero de 2021

Querido papá:
Hola papá, quizás esta carta te llegue, tal vez no. Es mi cumpleaños y tengo tanto para contarte, tanto para decirte, tanto para divertirte y enorgullecerte. No sabés las cosas que conseguí desde que te fuiste. Pero no voy a mentirte, al principio no fue para nada fácil. Tu asesinato fue duro y tuve que aprender a vivir sin vos, sin tus consejos, opiniones, críticas y reconocimientos.

Aún recuerdo cómo me consolaste en los partidos perdidos y cómo me abrazaste en aquel primer título en 1991, cuando contuviste mis lágrimas y me dijiste: "Hijo, no puedo creerlo, lo lograste". Tres meses después de tu partida decidí retirarme, no solo estaba cansado, quería cumplir tu sueño de que sea beisbolista. Aplique tus preceptos y esa competitividad que nos hiciste adquirir de niños junto a mí y mis hermanos. 

Al principio estuvo interesante, luego deseé regresar a probar el básquet y, como te mencioné al comienzo del texto, me costó un montón. "Estoy de vuelta", escribí y el mundo enloqueció de nuevo. Las luces se prendieron y la emoción volvió al ruedo. Aunque no lo creas, perdimos en 1995 contra el Magic en playoffs. Me tocaron el orgullo papá, en serio. Ay James, tantas cosas por relatarte, maldición. 

Después de eso volvimos más fuertes que nunca, tres anillos consecutivos de nuevo papá, ¡tres! Scottie, Phil, los chicos lo consiguieron. Y, esperá, con esto revivís de nuevo, también con Dennis Rodman. Sí, ese loco que no dejaba de pegarnos en los Pistons se unio a nosotros para formar uno de los tríos más imponentes de todos los tiempos. No me voy a hacer el humilde con vos, me conocés... Fue el mejor tridente de la historia, le ganaríamos a cualquiera.

Me retiré, me dijeron que iba a poder hacerlo más, lo intenté de nuevo, jugué y demostré que todos estaban equivocados. Finalmente les saqué los cordones a las zapatillas en 2003, era hora de buscar nuevas experiencias. Esos caminos me llevaron a los Bobcats, en donde no me fue muy bien y cometí algunos errores al principio.

 

Eventualmente llegué hasta acá y me convertí en el dueño mayoritario del equipo, que ahora se llama de nuevo los Hornets. Un afroamericano en la cima del mundo, ¿podés creerlo? Es todo gracias a vos papá.

Gracias por inculcarme la exigencia. Gracias por mostrarme que sin esfuerzo nada se consigue. Gracias por no dejarme nunca perder, tampoco caer. Gracias por enseñarme a ganar. Gracias. Gracias, muchas gracias. La mirada asesina que siempre tuve es tuya. Algún día nos encontraremos de nuevo. Vos, mamá, Larry, James Jr., Roslyn, Deloris y yo. Tu sonrisa me guía, tu abrazo me cuida. Donde quiera que estés, siento tu contención como en aquel primer campeonato. 

Te quiero, papá. Te extraño. 

Tu hijo, Michael

PD: tengo guardados todos los trofeos, cuando te vea te los doy. 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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