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Posiblemente Jamal Murray soñó con esta última conversión ante Portland desde el mismo momento que se rompió la rodilla. Es que fue un largo camino para el canadiense entre la operación, una larga recuperación y una lucha contra sus propios fantasmas mentales para volver a ser.

Y su momento llegó ante los Blazers, cuando se hizo cargo de la última bola y Jokic pidió que lo dejaran jugar el uno contra uno. Y allí, con 8.8 segundos por jugar, el base frotó la lámpara para darle el triunfo a su equipo.

Y venía peleado con el aro, con 0-10 en triples en los últimos dos juegos, pero poco importó. “No he sentido eso en mucho tiempo, mientras estoy luchando, mientras estoy en problemas de faltas, mientras estamos tratando de ganar” expresó Murray.

Y las dudas fueron hasta con su futuro deportivo. Malone contó que el propio Jamal preguntó si sería cambiado en algún momento de su recuperación. “Ese no fue el único pensamiento. Había tantas dudas de, '¿Voy a ser diferente? ¿Voy a jugar igual? ¿Voy a valer la pena?'”.

Y ayer se terminaron las dudas. Seguramente estos 21 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias sean un punto de partida para unos Nuggets que lo necesitan para seguir peleando arriba en la Conferencia Oeste.

For. the. win

In all the angles pic.twitter.com/dGUjUPbFTf

— Denver Nuggets (@nuggets) December 9, 2022