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Cuando Tyrese Haliburton acapara las portadas, en Indiana saben que hay otro engranaje igual de crucial para el éxito de los Pacers: Andrew Nembhard, el escolta canadiense que, en silencio, está firmando una postemporada brillante. Sus números reflejan un salto categórico: de 10.0 puntos y 29% en triples en temporada regular, pasó a promediar 16.0 puntos y un impactante 50% desde tercera dimensión en estos playoffs. Además, aumentó sus asistencias de 5.0 a 6.1 por juego y mantiene su solidez defensiva con 1.3 robos por noche.

Nembhard no solo elevó sus estadísticas; también elevó el techo del equipo. Su efectividad de campo subió del 45% al 50%, y con 2.3 triples anotados por partido, se volvió una amenaza exterior que transforma los espacios para Haliburton. Indiana necesitaba un complemento confiable para su estrella, y Nembhard asumió ese rol con una madurez inesperada. De ser un defensor versátil, se convirtió en un verdadero jugador dos vías, que influye a ambos lados de la cancha con la misma intensidad.

Su irrupción encaja perfecto en un equipo con identidad clara y profundidad letal. El quinteto que forman Haliburton, Nembhard, Nesmith, Siakam y Turner es, según los números, el más eficiente de los playoffs entre los que acumulan una cantidad comparable de minutos y partidos. Este grupo lanza 50.5% de campo y 43% en triples, y tiene un +6.4 de plus-minus promedio, demostrando un dominio tangible cada vez que comparten la cancha.

Indiana ya no es solo la tierra de Haliburton. Con Nembhard consolidado como socio estratégico en ataque y perro de presa en defensa, los Pacers tienen motivos reales para ilusionarse con repetir —o incluso superar— su histórica carrera del año pasado. Si sigue en este ritmo, Nembhard podría ser el factor X que empuje al equipo rumbo a nuevas Finales del Este.