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Luciano González ha tenido en los últimos años varias situaciones curiosas, aunque la mayoría relacionadas con los triunfos, con lo cual serían curiosidades atractivas. El Chuzito, hijo del legendario Chuzo, goleador de los 80 y 90 surgido en Echagüe en la Liga A, fichó en Quimsa en la temporada 2016/17 de la Liga. Se quedó solo un año y en la 2017/18 se fue a Instituto, donde estuvo dos.

En Córdoba, donde ya había vivido dos años jugando para Atenas, se quedó dos temporadas con la Gloria, llegando a la final de la Liga 2018/19, donde perdieron en séptimo juego final ante San Lorenzo de Almagro. Luego, justamente, se fue a San Lorenzo, pero la pandemia hizo que ese año la temporada se cancelara y quedara sin campeón.

González consiguió entonces un excelente contrato en Flamengo de Brasil, donde otra vez jugó finales y obtuvo títulos. Fue campeón tanto de la Liga de Brasil como de la BCLA, con Franco Balbi de compañero, pero no pudo renovar y quedó en el mercado, siendo rescatado una vez más por Quimsa, que lo fichó para la actual 2021/22. 

El Chuzito jugó el Súper 20 completo para Sebastián González (14.1 puntos de media), pero al terminar el torneo, que ganó Instituto en el Sandrín, sorpresivamente ambas partes decidieron cortar el convenio que los unía. Como suele pasar en este tipo de casos, nadie dijo demasiado sobre las razones reales de la salida del jugador, y todo quedó en una poco clara rescisión. 

La cuestión es que, pocos días después de bajarse de Quimsa en octubre, se incorporó otra vez a Instituto, haciendo el mismo camino que había hecho cinco años antes, de Santiago a Córdoba. El destino hizo que ahora tenga que enfrentarse a su exequipo de este mismo campeonato en las finales, con lo cual, si fuéramos bastante flexibles en las reglas (la realidad es que no jugó ninguno de los dos torneos para los dos equipos, sino uno con cada uno), podríamos forzar la situación y decir que González ya es campeón, porque estuvo en los dos finalistas. 

En la definición seguramente podrá verse qué tan bien o mal quedaron las relaciones con los santiagueños. Paradójicamente, en el famoso partido por la Liga en Córdoba que terminó a las trompadas entre Nico Romano e Iván Gramajo, el Chuzito no tuvo ningún tipo de participación y fue de los que separó a los que estaban más nerviosos. Pero esto es la final. Habrá que ver si quedó algo guardado en algún cajón.