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Carlos Delfino tuvo un segundo tiempo como lo que es para este equipo, la voz de la experiencia. Cuando se complicaba el trámite, el escolta se erigió como la punta de lanza de la ofensiva y anotó 12 puntos en la segunda parte para ayudar a los de Néstor García a volver a la victoria ante Panamá.

Luego del juego, el Lancha dio un balance de lo que se lleva de estos dos juegos: “Me llevo un cachetazo que me quedó marcado y ganas de revancha, que no se sabe quién va a estar el día de mañana para tomar esos puntos que perdimos en casa. Hoy había que ganar como sea, recuperarse en esta cancha que era un jabón, la pelota no se agarraba, los jugadores no hacían pie, pero había que ganar, no se podía escapar ni un partido más”.

En la misma línea, habló de las conclusiones que sacó de esta ventana:“Me llevo el orgullo que le pusimos, el sobreponerse, el dar vuelta la página rápido. Hay tiempo para mirar, corregir errores, el cuerpo técnico elegir nuevamente cómo seguir y con qué soldados se va a la próxima ventana. Lo de ayer nos dolió a todos y hoy fue difícil recuperarnos, estar fuertes mentalmente, empezar, pelear, ganamos, estamos mejor, nos vamos con un alivio, pero con la cara marcada del cachetazo de ayer”.

Consultado sobre su rol en el segundo tiempo, Delfino marcó que está para ser eso en el conjunto albiceleste:“Estoy acá para eso. Ayer cuando lo quise hacer no la metí, no entré en juego, estuvo muy físico el tema. Yo estoy acá para dar una mano en estos momentos. Es lindo ayudar, es lindo estar vivo en la cancha, es lindo dar una mano, que salgan las cosas, que le sirva al equipo, pero lo más importante es la victoria. Si me toca jugar uno o todo el partido no me importa. No salí en el segundo tiempo y no se si me hubiese gustado salir. Era un partido que había que estar adentro y quería jugar y pelear y estar ahí”.

Por último, se refirió al apoyo de la gente en este segundo partido: “La gente estuvo increíble. Realmente nos dio más de lo que nosotros dimos en su momento. Estuvimos muy ansiosos, nos faltó siempre un poquito, una vuelta de rosca para equilibrarnos. Y en partidos así, jugando feo, hay que ganar también y con el apoyo de la gente la verdad que fue un hombre más. Fue un extra que realmente sentís que jugás en casa”.