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Especial

Carlos Delfino: un caso único a nivel mundial

16:45 09/01/2022 | El Lancha, a sus 39 años, vive y disfruta el juego, sin tomar conciencia de todas las barreras derribadas en su carrera. La historia.

Carlos Delfino y la camiseta que lo hizo más feliz

Dentro de la Generación Dorada, había entre sus integrantes casi unanimidad en una consideración: Carlos Delfino era alguien especial. Mientras muchos se mataban armando dietas sufridas o difíciles de sobrellevar, Carlitos comía lo que se le antojaba. Y, sin embargo, mantenía un físico privilegiado. Algunos, los más osados, incluso creían que, de haber tenido más suerte con las lesiones y quizá algunas elecciones de equipo mejores en su carrera, podría haber sido el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Sí, incluso por encima de Manu Ginóbili.

Carlitos (tendrá 85 años y seguirá siendo Carlitos), es especial. No hay dudas. Y cuanto más viejo se pone, más especial es. Desde lo estadístico y desde lo deportivo. Delfino tiene una marca que probablemente sea única a nivel mundial. Jugó con la selección argentina los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012, se lesionó en la NBA en el 2013, estuvo 3 años sin pisar una cancha, volvió directo para los Juegos de Río en el 2016, y no se volvió a poner la camiseta de la selección argentina hasta noviembre del 2021, cinco años más tarde: 2012-2016-2021. Tres veces en 9 años. Increíble. 

Lo más impresionante de todo esto es su estado. Porque hasta él mismo reconoce que hoy está mejor que cuando fue a Río hace casi 6 años. En Brasil hizo una gran preparación previa, quizá potenciada por su energía para volver tras más de 1000 días sin jugar y con 7 operaciones en el medio. Lo contó de manera clara y emocionante en una entrevista con Básquet Plus antes de comenzar a jugar: "Si tuviera el pie como la cabeza no llevaría 3 años sin jugar".

Su apozo (Cabeza), en su caso nunca estuvo mejor puesto, porque al tamaño que generó el mismo, se le agregó una dureza para superar adversidades que hoy lo colocan en una posición de ejemplo para cualquier deportista del mundo. Porque, además, Delfino tiene una enorme voluntad. No es que después de Río no le pasó más nada. En el cierre de la 2020/21 tuvo una fascitis que lo alejó definitivamente de cualquier chance de jugar su quinto Juego Olímpico, y Carlos le daba todos los días horas y horas a la recuperación. Mucho tiempo incluso sin pisar. Pero ni pasándosele por la mente la posibilidad de dejar. 

Ahora que Néstor García le dio la chance de volver a jugar por la selección (Delfino es, como Scola, uno de los que jamás renunció a una convocatoria), ¿quién puede privarlo de la idea/sueño de estar en la Americup en setiempo? ¿Y el Mundial el año que viene? Hoy Carlos juega en la primera división de Italia, en un equipo de los de abajo, es cierto (Pesaro), pero en una Liga muy competitiva, y sus números hablan por él: 13.3 puntos de media (2º del equipo), 4.3 rebotes (2º), 3.2 asistencias (1º) y 37.8% en triples en casi 28 minutos por juego (3º).

En la entrevista que dio con Radio Marca esta semana, dejó en claro con sus declaraciones que esto no se sabe cuándo termina: "Estoy buscando una recta y no sé dónde está el final. No estoy pensando en la retirada, tengo un año más de contrato y sólo quiero disfrutar día a día, que es la enseñanza que me ha dejado todo este tiempo. Para mí va a ser muy difícil colgar las botas porque me sigo divirtiendo”. Seguite divirtiendo Lancha, y alegranos a todos. 

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