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Marcelo Milanesio es considerado por la gran mayoría como el máximo ícono de toda la historia de la Liga Nacional. Cosechó una inmensa cantidad de títulos, entre ellos 7 LNB, y marcó una época en el baloncesto argentino. Siempre vistió de verde y blanco, defendiendo los colores del gigante Atenas de Córdoba, y su relación con el baloncesto estaba escrita incluso antes de que él naciera.

Cuando su padre pensó en un nombre para su hijo, tomó el deporte como inspiración para nombrarlo Marcelo, por Farías, aquel talentoso tirador que brilló en la década de los 60 y que supo ganar 2 Sudamericanos en Argentina. Para terminar de apodarlo, decidió ponerle Gustavo, por Chazarreta, que, al igual que Farías, pertenecía al histórico plantel de Estrellas Blancas de General Paz Juniors, un equipo de Córdroba que dominó y recorrió el país ganando títulos con grandes jugadores en sus filas.

"Desde muy chiquito arranqué con el básquet. Mi papá ya me había puesto nombres de jugadores de básquetbol, yo me llamo Marcelo por Marcelo Farías y Gustavo por Gustavo Chazarreta. De chiquito tenía el aro de básquet, habré arrancado a los 8 o 9 años", explicó Milanesio en Sábado Bus de Telefe, conducido por Nicolás Repetto.

Fue justamente su padre, el mismo que lo influyó para que, desde que nació, estuviera relacionado con el baloncesto, quien le sugirió que se retirara: "Yo veo que Jordan se quiso retirar dejando una buena imagen cuando está claro que podía seguir jugando varios años más. A mí me pasó lo mismo. La diferencia es que yo me retiré para hacerle caso a mi papá", comentó la leyenda de Atenas en una entrevista con Infobae.

Francisco Basiglio Godoy/[email protected]
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