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Los partidos previos no favorecían demasiado a una Francia ya no diremos irregular, sino directamente ñpor abajo de la línea de flotación en la fase de grupos. El punto era si estaban dispuestos, los jugadores, como equipo, a superar un papelón al estilo de España en 1992, con el agravante de ser un plantel muy superior a aquel de los españoles, y aspirante incluso al oro. Canadá también debía pasar esa prueba, pero al revés. Después de una primera fase perfecta, no podía recular en el primer cruce e irse a casa. 

La cuestión es que Francia evidentemente tocada por la derrota ante Alemania y por el cruce público Fournier-Collet, salió con la energía que no se le había visto, con Cordinier de inicial y Fournier en la banca. El alero, de los pocos que había sacado la cara ante Alemania justamente por su intensidad, fue clave en ese arranque. Metió 10 de los primeros 16 puntos de Francia, que dejó a Canadá en 5 un rato largo, para una máxima de 26-10 en el segundo cuarto con un triple del propio Fournier. 

Canadá deambuló entre una increíble inconsistencia en el tiro (2/13 en ese rato), una defensa permeable y la desaparición de varios jugadores, empezando por Barrett, siguiendo por Dort y siguiendo por Nemhard, Olynyk y Brooks. Si bien este último dio cosas atrás, adelante fue un espanto y entre los 5 acumularon 6 puntos en toda la primera mitad. En un momento, gracias a una rachita de Shai, achicaron a 10, pero cerraron muy mal y terminaron 15 abajo al descanso. 

Mientras uno se preguntaba cuándo aparecía Canadá, Francia seguía en lo suyo. Tuvo carácter y cabeza para no bajar el ritmo defensivo, estiró la diferencia a 19 y después empezó a soportar algunos embates de su rival, poco articulados y contínuos. Yabusele, de partido completo, fue el valuarte en toda esta etapa del juego, forzando faltas y jugando muy físico. Como lo había sido Lessort en la primera mitad. 

Entonces Shai tomó la batuta de Canadá, dejó de prestarla, y fue él a tomar las responsabilidades. Siempre con su uno contra uno endemoniado, con ese stop y tiro infalible y nada más. Y puso a su equipo a 8, 54-46. Él llevaba 22 y sus compañeros 24. No parecía algo sostenible si no aparecía algo más. Hubo un fantasmal triple de Barrett, pero nada en contínuo. Murray fue un desastre (3/13), y la defensa hizo agua, sin ayudas y permitiendo tiros cómodos y rebotes ofensivos de una Francia que no estaba en su mejor momento de la noche. 

Lo mejor vino en los 4 minutos finales. Un doble de Brooks (primeros puntos) y una contra de Barrett dejaron a Canadá a 5, y entonces Fournier, el rebelde, metió un triple clave para bajar la tensión. Y después otro doble, tras derrochar Canadá varias oportunidades, para sacar 9. El cierre no fue muy diferente. Canadá no tuvo ni alma, ni juego ni carácter para aprovechar lo que Francia le dio, y Francia lo terminó de cerrar más por ganas que por juego, 82-73. Yabusele con 22 y Cordinier, con 20, las grandes figuras del ganador, que ahora irá ante Alemania en semis. 

Boxscore

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a París, Francia
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