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Washington Wizards (2) 101 - Atlanta Hawks (2) 106

Todo lo que se puede analizar de una serie en la previa, muchas veces queda descartado por el desarrollo de la misma y son los detalles los que terminan inclinando la balanza para un lado o para otro. En el tercer partido, Paul Pierce anotó un tiro complicadísimo para vencer a Atlanta pero en esta ocasión, el ex Boston aún cuando su lanzamiento fue mucho más abierto, falló y le costó el juego a los Wizards.

Los Hawks hicieron una tremenda primera mitad, volviendo a las fuentes de lo que fue su juego durante toda la temporada: el movimiento de pelota y el tiro de tres. En ambos aspectos brillaron y tomaron la delantera, entrando al entretiempo arriba por 65 a 55. Sin embargo, Washington no se rindió y con un iluminado Bradley Beal, logró ponerse en juego en el último minuto.

Abajo por tres y con la última pelota en su favor, Wittman pidió tiempo muerto e hizo lo que todo el mundo esperaba: diseñar una jugada para Pierce, buscando el triple del empate. Lo cierto es que la misma no le pudo salir mejor. Ayudado por una cortina ciertamente ilegal de Nené, el alero quedó completamente abierto para su disparo de tres y aunque la trayectoria parecía encaminada hacia la red, el tiro se pasó un par de centímetros y terminó rebotando en el aro, sentenciando el triunfo visitante que finalmente quedó en 106-101, tras un par de tiros libres.

Es cierto que la diferencia entre un juego y otro terminó siendo un lanzamiento convertido y otro errado de Pierce, pero la realidad es que los de Budenholzer jugaron mucho mejor de lo que lo venían haciendo en los playoffs y sus fanáticos, pueden volver a soñar con una Final de Conferencia. Atlanta convirtió el 47% de sus triples (9 de 19) y se pasó muy bien la bola (30 asistencias), dos factores que como ya marcamos, nos recuerdan a los mejores momentos del equipo en esta campaña. Ahora será cuestión de mantenerlo y obtener una regularidad que le ha sido esquiva en esta postemporada.

En el ganador hubo una importante mejoría de parte de Jeff Teague, anotando 26 puntos además de repartir 8 asistencias. Por su parte, los internos brillaron, con 19 puntos y 6 asistencias de Paul Millsap y 18 tantos y 10 rebotes de Al Horford. En los Wizards la rompió Bradley Beal con 34 unidades, 7 asistencias y 6 rebotes, mientras que Paul Pierce finalizó con 22 puntos y 5-7 en triples.

Memphis Grizzlies (2) 84 - Golden State Warriors (2) 101

La gran temporada de los Warriors no es casualidad, ni mucho menos. No sólo tienen un plantel repleto de talento, sino también un entrenador innovador como Steve Kerr, que en su primera campaña a cargo de un equipo NBA, ya se está instalando como uno de los mejores en su puesto. Esta realidad volvió a quedar reflejada este lunes, con un movimiento táctico tan pequeño como fundamental.

A lo largo de toda la serie, y especialmente en estos últimos juegos, Tony Allen le estaba dando un verdadero dolor de cabeza a Golden State con su actividad en defensa y algún que otro aporte en ataque. ¿Qué decidió hacer Kerr al respecto? Liberarlo por completo en ofensiva. El técnico cambió los emparejamientos, mandó a dos aleros como Harrison Barnes y Draymond Green contra Marc Gasol y Zach Randolph y dejó a Andrew Bogut con Allen, aunque en realidad, el pivote australiano simplemente se limitaba a quedarse cerca de la zona pintada y darle vía libre al energético escolta de Memphis.

Durante las primeras posesiones, los Grizzlies notaron esta situación y le dieron el balón a Allen en el perímetro, quien quedaba completamente libre para su lanzamiento. A pesar de sus enormes limitaciones como tirador, el ex Celtics tomó tres triples casi consecutivos, los cuales no estuvieron ni cerca de entrar. Además, los locales tampoco podían sacar provecho de su ventaja física en el poste bajo, ya que Bogut, sin prestarle atención a su hombre, podía dar una mano en las ayudas y cerrar el aro.

¿El resultado? Joerger no tuvo más remedio que sacar rápidamente de la cancha a Allen y casi sin darse cuenta, Memphis perdió al motor que los empujó durante toda la serie. La ofensiva local perdió cualquier tipo de ritmo y con un tremendo comienzo de Green, Golden State se llevó el primer período por 28 a 20. Este arranque pareció desmotivar a los Grizzlies, quienes nunca volvieron a meterse de lleno en el juego, perdiendo todo el factor de la localía y el arrastre anímico de los triunfos recientes. En los siguientes cuartos, Stephen Curry se encendió, volvió a ser el MVP de la 2014/2015 y con una clase de anotación magistral, terminó de romper el partido hasta llegar al 101-84 final.

El escolta pudo romper su mala racha con el tiro, anotando 4 de 9 triples para terminar con 33 puntos, además de 8 rebotes y 5 asistencias. Draymond Green fue clave en el inicio y totalizó 16 tantos y 10 rebotes, mientras que Marc Gasol fue el único productivo en Memphis con 19 unidades, 10 tableros y 6 asistencias, dentro de un equipo que lanzó un 37% de cancha.