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La Unión de Formosa 97 - Bahía Basket 78
En una noche donde solamente necesitó de los primeros diez minutos para liquidar la historia, La Unión de Formosa sumó su décimo triunfo en la Liga Nacional después de ganarle a Bahía Basket por un claro 97-78 en el Cincuentenario. Los de Guillermo Narvarte volvieron a sonreír, cortando una mala racha de cinco derrotas consecutivas con la que llegaban al duelo de hoy.
Francis terminó de redondear un partido fantástico con 23 puntos y 9 rebotes, seguido por los goleos vitales de Diego García y Facundo Piñero (ambos con 15) pero sumándole también la determinante tarea de Alejandro Konsztadt en la base (9 puntos, 6 rebotes y 10 asistencias).
La Unión hizo daño desde el arranque, un golpe que resultó prácticamente irreversible y que no tuvo retorno. Con Piñero y Francis haciendo un despliegue fundamental en ofensiva, los formoseños encontraron vías de gol de lo más productivas mientras que en el otro sector levantaron una muralla para secar a Bahía.
La visita estuvo floja en ese aspecto porque le faltó resolución para salirse del molde, pero también hay que destacar el trabajo que hizo La Unión en el fondo, algo clave para arrancar 12-2 en menos de cinco minutos tras un triple de Vargas.
Francis redondeó un parcial gigantesco desde su dominio, controlando el juego interior a placer y ganándole la pulseada a un Johnson que empezó a cargarse de faltas. También hubo pasajes de triples, no solo con el Grillo y Piñero sino también con ráfagas de Diego García. Eso permitió un inicio demoledor de 30-11 para servir como disparador.
Bahía no tuvo retorno, le costó defender a Francis y los triples de La Unión siguieron apareciendo. La diferencia se incrementó a pesar del cambio defensivo de los de Ginóbili, pero sin Johnson (en el banco) la presencia de Filippa tampoco pudo detener al pivote de La Unión. Eso provocó que en un ratito se trepe a una máxima de 29: 47-18 con más de cinco minutos por jugar.
De todas formas el banco de Bahía empezó a mostrar algunos síntomas de recuperación. La Unión se relajó un poco, la visita empezó a robar y a correr y en ese juego se sintió más cómodo. Volvió Johnson y Corvalán estuvo más acertado, provocando que la brecha se reduzca a 53-32 al ingresar al descanso largo.
Igual la brecha todavía era extensa, sobre todo porque cualquier insinuación de Bahía iba a posibilitar una reacción en el local. Los de Ginóbili arrancaron el tercer cuarto con otra actitud, mejorados por el cierre de la primera mitad y poniéndose a 14 (53-39), siempre con Corvalán siendo la vara cambiante del trámite. Pero, como se preveía, La Unión no se desesperó y retomó el control con otra carrera que lo puso nuevamente a 20 (59-39).
Y eso resultó ser todo, porque en el cierre del partido la diferencia no disminuyó a pesar de abrirse más los aros en cada bando y La Unión entró al último capítulo con todo definido: 76-53 y control absoluto. Es cierto que La Unión tuvo algunos problemas para terminar de aplastar el resultado en el arranque del periodo final, pero defendió y eso impidió que Bahía provoque algún tipo de peligro.
Cuando destrabó ese pasaje con mucho de Vargas, los formoseños resistieron esa distancia e independientemente de algún sacudón que intentó meter Bahía el control local nunca más cesó hasta el 97-78 definitivo que le entregó un saldo más que positivo a los de Narvarte. La Unión no solo recuperó aire, sino que también mostró un gran juego asociado y sacó una victoria de mucho carácter que supo controlar durante los cuarenta minutos.