Entrevistas

Diego García: “No esperaba tener una carrera tan espectacular”

15:50 07/11/2022 | El escolta de 43 años continúa jugando en Rivadavia Juniors, el club que le abrió las puertas cuando llegó a Santa Fe. Repasamos toda su carrera.

Diego García: “No esperaba tener una carrera así. Es espectacular”

Cuando hablamos de la Liga Nacional de básquet de Argentina y se hace mención a jugadores referentes dentro de la competencia, uno de los nombres que sale, indudablemente, es el de Diego García. El jugador oriundo de San Cristóbal, Santa Fe, tuvo una larga trayectoria en el deporte nacional, pasó por todas las categorías y en casi todas, salió campeón.

Le costó consolidarse como jugador profesional, tuvo que hacer un duro camino, competir, mostrarse y demostrar de lo que era capaz de hacer en distintas categorías. Pero llegó, debutó con 23 años y su impacto fue inmediato con el recordado gran equipo de Ben Hur de Rafaela campeón de la Liga Nacional y la Liga Sudamericana.

Tuvo que sortear algunos golpes duros, como ir a probarse a Ferro, bajo la atenta mirada de León Najnudel y Enrique Tolcachier, le fue muy bien. Pero estaba a punto de cumplir 19 años y automáticamente pasaba a ser ficha Mayor y el club estaba buscando jugadores juveniles para poder formarlo.

Integró la Generación Dorada, jugó en la selección Argentina, fue campeón, sumó experiencia en España, volvió al país y siguió ganando. Una gran persona, un terrible jugador que hoy sigue disfrutando de jugar al básquet en uno de los lugares que lo vio nacer.

- ¿Qué balance haces de tu carrera?
- Hoy sigo jugando, pero profesionalmente ya estoy retirado. Acá sigo jugando pero porque me gusta, se formó un grupo acá en Rivadavia Juniors muy lindo. Iba a jugar hasta mitad de año, pero se extendió un poco, risas. Encima después empezamos a jugar la Copa Santa Fe, así que estamos jugando bastante.
El balance es muy bueno. La verdad que no esperaba hacer una carrera así, tampoco esperaba estar jugando a tan avanzada edad (actualmente tiene 43 años). Una carrera que tuvo un montón de momentos buenos y lindos. Creo que mi carrera fue gracias a un deseo de poder alcanzarlo y después de satisfacción de lograrlo.
Tuve una carrera espectacular. Disfruté un montón de cosas y siempre acompañado de mi familia, de mis amigos, me ayudaron mucho y me contuvieron para hacerlo.

- ¿Cómo fue llegar desde una ciudad chica, ese paso a paso, ese crecimiento constante?
- Fue muy despacio, muy lenta mi carrera. Siempre digo que es una carrera en calle de tierra. En los tiempos actuales, los chicos son reclutados por equipos que están en Liga Nacional o Liga Argentina, se hacen y llegan. No digo que sea más fácil, pero sí más directo.
En San Cristóbal fue una infancia espectacular. No hay mejor lugar para vivirla. Absorbí un montón de valores muy buenos de esos años en Rivadavia y con toda mi familia en general. Una vez que me vine a Santa Fe, llegué a una ciudad más grande en la cual tenés más enfrentamientos con un montón de cosas nuevas para mi. Hice toda mi adolescencia en Rivadavia Juniors, nunca tuve una citación a una selección ni local, ni provincial, ni nacional.
Empecé a jugar la Liga C para Alma Juniors de Esperanza, para Colón de Santa Fe, para Unión de Santo Tomé, me empieza a ver un poco más de gente. Después asciendo con Alma Juniors de la C a la Liga B, lo que sería el Federal de ahora, la jugamos y fue el goleador de la competencia.
Ahí se arma un grupo en Central Entrerriano para jugar el TNA y Fabio Demti era el entrenador, como era de acá de Santa Fe me conocía y me lleva para armar un grupo joven. Se arma un lindo grupo, dos años espectaculares y en el segundo año logramos el ascenso, fui uno de los líderes del equipo, goleador del equipo y el mejor jugador del torneo, pude pegar el salto a la Liga. La verdad que fue todo bastante trabajado y lento.

- ¿Cómo fue jugar en la Liga Nacional y destacarte en la Liga Nacional?
- Fue muy lindo. Mi primera experiencia fue en Estudiantes de Olavarría, se había armado un equipo de mitad de tabla, pero me sirvió mucho para hacer mis primeros pasos. Estaba de sexto hombre prácticamente, tenía algunos partidos como titulares pero generalmente arrancaba desde el banco. Después vuelve Julio Lamas desde Real Madrid a Ben Hur de Rafaela, lo suma a Leo Gutiérrez, se quedan algunos jugadores que habían logrado el ascenso, necesitaban un escolta y se deciden por mi por sobre otro jugador.
Fueron dos años hermosos y espectaculares en Ben Hur. No solo nos dieron todos los campeonatos que logramos, sino que nos dieron, en mi caso, un plus de cinco años de selección Argentina y de posibilidades de hacer una carrera en el equipo nacional y una carrera en España.

- ¿Qué significó integrar ese equipo?
- Hicimos un equipo bárbaro, era un equipo con jugadores casi desconocidos, nos empezaron a reconocer con el correr de la temporada, después de obtener buenos resultados, los únicos conocidos eran Julio y Leo. Incluso el extranjero que era Jason Osborne venía de ascender con ellos, después llegó Ramzee Stanton.
Hicimos un muy buen equipo, disfrutamos de jugar el uno con el otro, nos llevábamos muy bien adentro y afuera de la cancha. Todos aprendimos mucho.

- ¿Tenía algún significado especial para vos jugar en la máxima categoría, ganar todo lo que ganaron y encima en tu provincia y cerca de tus afectos?
- Sí, tenía todos los condimentos habidos y por haber. Me iba a ver mi familia de Santa Fe, de San Cristóbal, mis amigos iban a verme, así que tenía hinchada particular, más allá que los dos años jugamos con estadio lleno. Encima ese año recibí el premio al mejor deportista de la provincia.

- ¿Cómo fue la experiencia en España?
- Me fui dos años con contrato garantido como extranjero, algo que es muy difícil de lograr en Europa. Fue una experiencia deportiva y de vida espectacular. Estuve dos años en Burgos jugando la LEB Oro. El segundo nos va muy bien, Valladolid logra el ascenso y me llama para jugar la ACB y me quedo tres años. Otra gran etapa, clasificamos a Copa del Rey. Fueron años muy lindos.

- La Selección…
- Es un sueño hecho realidad. Cualquier deportista de cualquier deporte quiere jugar para su país, representarlo, cantar el himno antes de los partidos. Eso fue lo que más me emocionó en el momento. Fueron cinco años espectaculares.
Obviamente que había un grupo que no nos dejaba espacio para llegar a un Mundial o a un Juego Olímpico, pero formar parte de todo ese pelotón fue algo maravilloso. Nosotros armábamos un segundo grupo que también íbamos, competíamos, también ganamos. En el PreMundial 2009 fuimos mezclados con Pablo Prigioni y Luis Scola.
La verdad que fue una experiencia única. Orgullo, emociones, un montón de cosas te deja la Selección, algunas son difíciles de describir y forman parte de esta carrera que fue brillante para mi.

- Fuiste parte de la Generación Dorada.
- Si, si, ni hablar. Éramos un grupo de 20-25 jugadores que estábamos ahí. Varios torneos que jugamos, Ginóbili, Sánchez, Nocioni no podían ir o tenían su merecido descanso en la Selección y nosotros éramos el reemplazo y lo hacíamos de buena manera. No íbamos a ver qué pasaba, teníamos buenos resultados, clasificaciones, títulos.
Creo que si alguno de estos monstruos no estaban, alguno de nosotros íbamos a tener la chance de jugar un Mundial o un Juego Olímpico, pero bueno, bienvenido sea por el básquet argentino por todo lo que se logró.
Jugar con Luis, con Pablo te da ese plus de saber que jugas con jugadores que están para otra cosa. Jugas distinto. Después los dos pisaron la NBA, brillaron en Europa. Es muy sencillo jugar con jugadores de ese nivel.

- ¿Cómo se dio la vuelta a Rivadavia?
- Primero vine a jugar en Unión y Colón para que mis hijos puedan verme jugar a buen nivel. Después me vine a Rivadavia fue porque se armó un lindo grupo y quería venir a disfrutar, luego se sumó que mis dos hijos empezaron a jugar al básquet y están re felices, así que estamos viviendo la linda vida del club, me van a ver jugar, yo los voy a ver jugar a ellos.

- ¿Te sentís un referente de la Liga Nacional?
- Si, la verdad que si. Me siento un referente. No solo por lo que pude hacer como jugador, sino como persona por mis conductas, mis hábitos, en general. Ese reconocimiento de compañeros, amigos, entrenadores, dirigentes que fui haciendo en los distintos lados que jugué. Eso tiene un plus especial. Por más que gané todo lo que gané, me siento un ganador precisamente no por eso, sino por lo que reconocen cómo fuiste como persona.

- ¿Cuál era tu referente?
- Mi primer ídolo fue el Pichi Campana. En ese recordado equipo de Atenas de Córdoba con Marcelo Milanesio. El puesto que jugaba, tenía casi la misma estatura que yo, las cosas que hacía, la forma en que jugaba, lo competidor que era.
Pude enfrentarlo en el último año de su carrera que fue el primero mío en Olavarría. Después tuvimos algunos encuentros cuando nosotros salimos campeones con Ben Hur, en la despedida de Leo Gutiérrez en Mar del Plata. Eso es otra cosa que me brindó el básquet y que uno soñaba o anhelaba desde chico, poder jugar con los jugadores que uno admiraba.

- ¿Se lo dijiste?
- No. Nunca. Para esas cosas soy un poco vergonzoso.

 

Federico Radulovich / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @FRadulovich

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