Entrevista

Fernando Zurbriggen: "Tenía la soberbia y la arrogancia suficiente para creer me iba a ganar el puesto de segundo base"

20:08 13/03/2022 | Hermosa charla con el base santafesino, que tiene una inteligencia por encima de la media para analizar lo que está viviendo en España.

Fer Zurbriggen anotando en bandeja ante Nikola Mirotic (ACB Photo)

Fernando Zurbriggen es un chico disciplinado y aplicado, pero un poco descolgado. Entonces sigue teniendo el horario de España 5 horas por delante del argentino, cuando hay 4. Por eso la primera charla se frustra. En la segunda, una cena demorada pide otra postergación y finalmente, como dice el refrán, la tercera es la vencida. Hacía rato que queríamos hablar con el base santafesino del Obradoiro. Y lo logramos. Cuenta de entrada sobre el clima ("dicen que llegó a haber un récord de 92 días seguidos de lluvia"), la cultura de la ciudad (Santiago de Compostela), el estadio ("hubo partidos de 6500 personas, con gente afuera, y el promedio debe andar en 4000, 5000") y, también, de su soledad, lo que más le cuesta. Pero falta poco para un reencuentro. 

-¿Cómo te llevás con la ciudad?
. A mí me encanta, salvo por el clima. Yo venía del solcito de Buenos Aires, de Núñez, y acá miro la lluvia lor la ventana. Dicen que Galicia es el lugar donde más llueve en Europa. Pero este año igual está haciendo dos días de sol por semana, algo poco habitual. El lugar me gusta mucho. Hay una flora increíble. Acá a 10 minutos hay bosques de película. Mucha naturaleza. Y mucho turismo. Es una ciudad muy religiosa, que atrae peregrinos todo el año. Si vas a la ciudad vieja donde está la catedral no podés ni caminar. 

-¿Y cómo la vas llevando en soledad?
. Mirá, yo vine el 22 de julio y siempre estuve solo. En agosto vino Ale (su hermano), y fue con el único que estuve en contacto, en Año Nuevo y cuando fue la primera ventana FIBA. Por eso la adaptación fue más cruda. 

-¿Y argentinos allá no conociste?
. Sí, hay algunos, no jóvenes. Muchos que vinieron en el 2001, entre 40 y 60 años. Van a la cancha y algunos incluso llevan banderas de Argentina, pero no da para ir a tomar un café con ellos. Está todo bien, pero a tanto no llego. Mirá que soy sociable. Y con el resto de los chicos, tengo muy buena relación con Juampi Vaulet, que ahora está en Manresa, así que cuando venga seguro haremos algo, con Nico Lapro cuando vino fuimos a tomar algo a la ciudad vieja, y nada más. Cuando fui a Gran Canaria a jugar contra Brussino había calima, que es como una tormenta de arena gigante que te intoxica, así que no pudimos salir del hotel. También me junté con Fiti (Fitipaldo), con el que jugué en Obras cuando fui la semana pasada a Tenerife. Deck se sumó al Madrid cuando ya habíamos ido. Fjellerup estaba en La Palma y ahora está en Girona, pero nunca pasamos cerca. 

-¿Turismo hiciste?
. Sí, hice un tramo del Camino de Santiago, de Ferrol hasta acá. Hice toda la costa de Galicia, que es hermosa, porque son playas naturales increíbles. Son paraísos de agua turquesa y arena y no hay nadie. Hermoso. 

-¿Y deportivamente, te costó mucho?
. Las primeras semanas fueron muy duras desde el punto de vista táctico. Yo venía con la inercia de Obras de tomar muchas decisiones todo el tiempo, y acá tuve que acostumbrarme no solo al puesto de base, sino a ser armador que le lleva la pelota a los anotadores. Eso me llevó un tiempo. Yo sentía la ventaja y por ahí por confianza iba, pero la oposición no era la misma. Y muchas otras cosas tampoco: los contactos, la pelota, los árbitros...me costó un poco. Pero cuando le agarré la mano a los sistemas y a lo que quiere Moncho (Fernández, el DT), todo fue para bien. 

-¿Qué onda Moncho?
. Es una persona con mucho carácter, muy pasional, muy laburador, y sensible, para bien y para mal. A veces exagera un error pero en otras es como un padre para mí, porque sabe lo que es para mí reconstruirme completamente. Yo la verdad lo único que estoy usando del Fer que llegó es el carácter, porque en lo demás cambié absolutamente todo. Lo más claro es que estoy tirando más de 3 que de 2, y yo siempre fui un tipo que llegaba hasta abajo. Incluso en los porcentajes. Me fui de Argentina con 31% y acá estoy en un 41% de triples. Me costó, pero creo que si el equipo no estuviera en una situación tan complicada hasta podría jugar más. Arranqué con entre 15 y 25, de titular, y cuando el equipo no consiguió resultados, largan más a la cancha a los presupuestos. Ellos mismos te lo dicen. Los fichajes más caros tienen que jugar. 

 

- Igual, no te podés quejar de los minutos de este primer año.
. Nooo, al contrario. Lo que creo es que jugaba mucho cuando me faltaba un toquecito de horno más, y ahora que encadené 5 o 6 partidos jugando bien, por ahí juego menos. Pero igual me fijé en otros chicos en su primer año y no muchos tuvieron 16/17 minutos como estoy teniendo yo. 

- De hecho, no creo que lo esperaras vos tampoco. Vos fuiste como tercer base. 
. No, pero voy a serte honesto. Yo tenía la soberbia y la arrogancia suficiente para creer me iba a ganar el puesto de segundo base, porque Albert Oliver es una leyenda de la acb, pero tiene 43 años. En pretemporada, me empecé a dar cuenta cómo era el sistema de juego, y era cuestión de aplicar el físico, de 24, contra el de 43. Albert es un cerebro, no se le escapa nada. Pero a cancha abierta o para defender un pick and roll o presionar todo el campo, hay diferencia. Si él tuviera 25 años, yo miraría todos los partidos desde el banco. Y es lo que más me ayudó, porque tengo al lado a un tipo que es un fenómeno como él, que me enseña todos los días, y tengo un entrenador que invierte mucha energía y tiempo en perfeccionar mi juego, y eso es lo que vine a buscar. Yo no esperaba tantos minutos ni captar tanta atención. Yo hago un montón de trabajo extra, pero la realidad es que no dejo de ser extranjero, joven y novato, y ellos están poniendo en un pendejo el destino de una institución. Eso a mí me sorprendió para bien, y fue la cuota de confianza que necesitaba para empezar a creerme que era un jugador acb. 

- Lo que hablabas antes del juego, el tema del triple, tiene que ver también con no poder hacerlo en ese nivel o con una idea de Moncho de que no vayas tanto al aro.
. Tiene que ver con que por esquema de juego, jugamos más el pick and roll para tirar que para llegar al aro. De hecho, bandejas debo tener 2 o 3 en todo el año, y por contraataques. Después tiros pull up, stop y tiro, o de 3. Los que tienen más licencia para ir al aro son los aleros. Jugamos bastante de libro. Es raro romper el sistema. 

-¿Te encontraste con la acb que esperabas, y cómo te pega estar jugando contra equipos como el Madrid o el Barcelona y no tener con quien compartirlo? 
. Mirá, los voy a dividir en dos. La primera, creo que sigo siendo un inconsciente con todo lo que me está pasando. No lo dimensiono. Termino de jugar 25 minutos contra el Barcelona y lo hago como si fuera en mi club de barrio. Y al mismo tiempo estoy perdidamente enamorado de cómo impactó en mi vida Santiago de Compostela y el club. Yo necesitaba por ahí hacer ese stop en mi vida, ser más introspectivo, encontrar a otro Fer, porque siempre estuve en un escenario que salía beneficiado. Acá tuve que reconstruir todo eso. Ganarme el respeto. En Obras nadie iba a poner en tela de juicio una decisión mía. Llevaba 7 años y medio. Tenía margen de error. Acá no. Entraba 30 segundos y no defendía al que tenía que defender y Moncho se cruzaba toda la cancha para putearme y yo con la cabecita gacha al fondo del banco. Así fue la pretemporada. Con el paso del tiempo, esa flexibilidad de querer aprender hizo que todo lo pase rápido. Contra Baskonia de visitante, que fue de entrada, entré en el segundo tiempo y jugué bárbaro, metí 12 puntos seguidos, entonces el golpe fuerte de la adaptación empezó a aflojarse. Santiago, además, fue el contraste. Tranquila, mucha fe, con un contenido cultural enorme, es difícil de explicar. La lluvia significa mucho en el carácter de la gente también. Son muy reservados. Yo empecé a hacer actividades para insertarme en la ciudad. Empecé a estudiar galego, me compré un teclado, porque quiero tocar cumbia villera... soy culo inquieto, pero el stop que me dio vivir en Santiago me hizo muy bien. Como persona me siento muy distinto. 

-¿Y cuando jugás contra los grossos te encontraste con un nivel superior al que imaginabas o creés que podías competir con el nivel que tenías cuando llegaste?
. Es que yo no llegué a jugar contra ellos con el nivel que tenía en Argentina, porque mis primeros 80 días fueron como un campus de perfeccionamiento. Fue increíble la cantidad de tiempo que se pasaba Moncho corrigiéndome. A veces estaba todo el equipo viendo cómo él me corregía a mí. Hasta me daba un poco de vergüenza. Después, cuando me tocó competir lo intenté hacer de igual a igual. El primer partido me tocó jugar contra Unicaja contra Alberto Diaz, que es defensor top de España, y pensé que iba a tener problemas para subir la pelota, y cumplí. Fue una prueba de fuego. Fui al Madrid y me defendía Llull y me sentí bien. En el momento no me dí cuenta. Y el tipo es un Top 5 del mundo de los últimos 10 años. 

- El contexto nunca te abrumó.
. No, por ahí ahora, que tengo la capacidad de saber que puedo competir de igual a igual, tengo más nervios que antes. Porque cuando ves que el objetivo está más cerca, lo querés más rápido. Y en el día a día lo mismo. La competencia en el día a día es más conmigo que con los demás, porque los otros son todos buenos. 

-¿De los vicios que te llevaste de acá cuál tuviste que sacarte de encima más rápido?
. Ehh, el chupármela en transición. Los primeros días era un autito chocador. Pasaba a uno, a otro y cuando llegaba al aro me agarraba Birutis, que mide 2.15, y me enterraba. O ir corriendo y tirar un triple a la carrera. No va con el perfil del equipo. Fue un volver a empezar.

-¿Sos mejor jugador que el que se fue?
. Sí sí, me siento mejor jugador y muchísimo más maduro. 

- Por las cosas que me decís, el Obradoiro tiene un plan para vos. ¿Vos también tenés ese plan de llegar a ser referente del club?
. En el momento que hago un acuerdo de 4 temporadas con el club, ellos aceptan meterme dentro de su proyecto deportivo y yo acepto ser parte de ese proyecto, y creo que eso marca por qué tanta tendencia a corregirme o mejorarme, porque ellos esperan que explote el año que viene. 

-¿Si llegaran a descender cambia mucho tu panorama?
. Sí. Porque mi contrato es acb. Y demostré que puedo jugar. Entonces seguramente esperaría ofertas antes que la LEB Oro. Ahora estamos mal, pero como nosotros hay seis equipos. Lo bueno es que a todos los equipos de abajo les ganamos. Y perdimos partidos que no tendríamos que haber perdido. 

-¿De los hábitos que llevaste de la Liga buenos, cuáles estás aprovechando?
. Tácticamente, el de haber jugado ordenado, por sistemas. Planificado. Saber dónde quiero llevar la pelota. Y por otro lado, el entrenamiento invisible. Los trabajos complementarios. La parte de priorizar siempre la técnica individual. Ir una hora antes a hacer fundamentos. Eso en el día a día hace diferentes. 

-¿Expectativas cercanas que incluyan selección? ¿Te quedaste con las ganas?
. Sí, claro. Pensé que en la segunda me llevaban, je. No sabía que iba a estar Luca. De hecho, había planificado todo. Imaginate lo confiado que estaba. Pero bueno, no tocó. Así como estuve cuando no podían ir los de Europa, ahora me encuentro del otro lado. Ojalá que ahora me inviten a entrenar con el equipo en el invierno. Yo siento que los bases que pueden ir son cinco: José Vildoza, que está en Croacia, yo y los tres intocables que están en un nivel superlativo. Hay que ver cómo vuelve Luca de la lesión, por haber estado tantos meses parado, pero bueno, veremos también cómo es el perfil del Che. 

-¿Hablaste con él?
. No, crucé algunos mensajes, pero nada puntual. Lo de la ventana pasó más por mi mente, que me armé un cuento de hadas.

- Supongo que estás esperando también venir para acá cuando termine el torneo.
. Sí, extraño. Ahora en unas dos o tres semanas es el cumple de mi hermano Ale, así que le mandé los pasajes a mi familia para que vengan y aprovecho y los mando para el Norte también. Vine en julio y van 9 meses sin ver a nadie. 

- Te pregunto algo que siempre pienso en casos como Campazzo cuando fue de Córdoba a Mar del Plata o Deck de Santiago a Buenos Aires. ¿Fue más difícil pasar de Santa Fe a Buenos Aires o de Buenos Aires a España?
. Qué pregunta. No me lo había puesto a pensar. No, fue más duro Santa Fe-Buenos Aires. Yo no tenía desarrolladas las herramientas para ese cambio. Acá llegué con otro conocimiento de mí mismo. En Buenos Aires sufrí mucho. Acá vine con objetivos claros. Me estás pasando cosas muy lindas que no puedo compartir, pero al final fui yo el que eligió venir a Europa. Me tengo que hacer responsable de eso

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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