NBA retro

Clyde Drexler, el traspaso en el deadline que le significó un título a Houston

22:10 10/02/2022 | Los Rockets eran los campeones reinantes pero la temporada siguiente no venía bien, se necesitaba algo más y allí miraron hacia Portland.

Clyde Drexler, un título en Houston (Foto: Getty)

Ser profeta en tu tierra no es para cualquiera, rendir ante tu gente, tras haberlo hecho en otros lados no es algo tan fácil. La presión por querer hacer las cosas bien, sobresalir y darle, en este caso una alegría deportiva, no es una cuestión tan natural. Con ese contexto como zanahoria, Houston buscó enderezar su temporada 1994/95 en base a un nombre, una figura silenciosa de la NBA en su etapa final, Clyde Drexler

Clyde nació en Lousiana pero desde pequeño se mudó a Houston y allí hizo tanto el high school como la universidad, adoptando a Houston como su ciudad de origen. Por eso que a sus 33 años y en los tiempos en que los jugadores no estiraban tanto sus carreras debido a que no había los cuidados de ahora, a Drexler se le abrió la posibilidad de emigrar a su ciudad en busca de ayudar a los Rockets a repetir el título de la temporada pasada.

Tanto Portland como Houston no venían del todo bien ese año, ganando y perdiendo pero en zona de playoffs. En Texas quien reinaba era San Antonio con un Almirante David Robinson intratable y además con las locuras de Dennis Rodman como faro. Los Rockets no encontraban la forma de volver a ser los de la temporada pasada y pensar en repetir el anillo resultaba una quimera.

El 14 de febrero de 1995 la decisión llegó y en un acuerdo con los Blazers, los Rockets conseguían a Clyde Drexler, un hijo de la ciudad y entregaron a cambio a un campeón y querido como Ottis Thorpe y anecdóticamente los derechos del argentino Marcelo Nicola.

El escolta elegante. número 22, llegó a Hosuton y sostuvo sus números que traía en Portland con 21.5 puntos (22.0 en Blazers), 7.0 rebotes (5.7), 4.4 asistencias (5.8) y un notable 50 por ciento en tiros de cancha (42.8). Sin embargo no fue fácil ese reencausar, los Rockets con Drexler ganaron 17 juegos y perdieron 19, quedando con marca de 47-35 la fase regular y siendo sextos en el duro Oeste.

Pero como dijo su entrenador, Rudy Tomjanovich, nunca subestimen el corazón de un campeón, en los playoffs encontraron su mejor forma, primero sacando a Utah por 3-2 con un apasionante quinto juego en Salt Lake City y Clyde siendo figura absoluta con 31 puntos (5/7 triples) y 10 rebotes. Luego vino otra masacre ante el Phoenix de Charles Barkley y una vicotria por 4-3 en Arizona con 29 puntos de Hakeen Olajuwon y otros 29 de Drexler.

La confianza por las nubes y llegó el cuco, el clásico, San Antonio y Houston pegó de entrada ganando los dos juegos en Alamodome. Luego los Spurs se recuperaron e igualaron la serie a domicilio y en el quinto juego, los de Tomjanovich quebraron la cuestión nuevamente como visitantes para definir en casa por 4-2. con 39 puntos de Hakeen.

En la final esperaba el joven Orlando Magic de Shaquille O’Neal y Penny Hardaway y el recuerdo quedó para siempre. Houston barrió la final y Drexler promedió casi un doble doble con 21.5 puntos, 9.5 rebotes, 6.8 asistencias, una actuación a la medida de su grandeza y dejando a las claras porqué lo fueron a buscar.

El festejo fue total, Drexler fue campeón en su tierra junto a un grupo de jugadores que entendieron que a los campeones no se los sacaba así nomás, pero que sin dudas, sin la llegada de Clyde no hubiera sido posible.

Clyde Drexler, el traspaso que valió un título.

Mauro Osores / [email protected]
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